La crisis, Rusia y España vistos por un optimista moderado
Primera parte
¡Hola! ¿Qué tal?
Hace unos meses en la ciudad de San Petersburgo tuvo lugar el VII simposio 'Rusia y España en los principios del siglo XXI: las nuevas fronteras'. Uno de los ponentes fue el Dr. V.Davydov, director del Instituto de Latinoamérica de la Academia de Ciencias de Rusia.
Foto: El Dr. V.Davydov
Empezó hablando de los rasgos principales de la crisis actual, que por primera vez desde los años 30 tiene un carácter global. Al analizar las causas de la crisis hizo hincapié en las nacionales, prestando especial atención a Rusia y España. Está claro, que la crisis actual no encaja en la serie de oscilaciones habituales cíclicas en la economía capitalista mundial y se asemeja a lo que se llama la Gran Depresión de los años 30. Al mismo tiempo se ve que no repite la profundidad de aquella caída.
Revisando los datos y la trayectoria del movimiento de la economía mundial durante el siglo XX, podemos ver la gran diferencia entre su primera y su segunda mitad. Las oscilaciones de la segunda parecen muy modestas en comparación con la primera. Y basándonos en eso sí podemos sacar la conclusión de que, por lo menos a nivel nacional, la economía capitalista aprendió a aplicar las políticas anticíclicas de aquel periodo en las condiciones existentes. Pero no solamente a nivel nacional, sino también a nivel internacional, en cierta medida. Así fue hasta los inicios del siglo XXI.
En los últimos decenios, subraya el Dr. Davydov, los epicentros de las crisis no se encontraban en las economías desarrolladas. Surgían por regla general en las zonas periféricas o semiperiféricas. Hay muchos ejemplos de aquello, como México (efecto 'tequila', 1994), Argentina o Turquía; como —con mayor envergadura— la crisis asiática en 1997, Rusia en 1998 o Brasil en 1999. Hoy día la crisis se desencadena provocando mayores pérdidas en los centros de la economía mundial. Uno de sus rasgos más característicos está relacionado con su origen, raíz y envergadura en el mismo bastión de la economía capitalista mundial: en Estados Unidos.
Hay dos puntos de vista opuestos. Uno, bastante divulgado, percibe esta crisis como sistémica y plantea que marca el comienzo de una nueva época y lleva consigo el imperativo de grandes cambios a nivel nacional e internacional. Otro punto de vista afirma que estamos exagerando la envergadura de esta crisis y el año 2010 ya traerá consigo la recuperación, el sistema regresará a su rumbo habitual, sacando ciertas lecciones menores.
El Dr. Davydov tiene su hipótesis. Dice que es la primera crisis de la economía realmente global, refleja las contradicciones básicas del proceso de la globalización y subraya la necesidad histórica de un cambio de correlación de fuerzas a nivel internacional de acuerdo con los resultados del desarrollo desigual y requiere también de la sustitución del paradigma económico anterior.
Es la primera vez en muchas décadas en la que no solamente los críticos desde la izquierda, sino la gente políticamente muy diferente se pronuncia a favor del cambio. Eso se oye desde Washington, Londres, Berlín y París y lo expresan los más importantes líderes del mundo occidental. Merquel y Sarkozy convocan una conferencia especial acerca del nuevo capitalismo. Dicen que no pueden seguir el mismo camino el sistema económico mundial y el capitalismo como tal. En la política económica se nota un viraje acentuado hacia los métodos que podemos llamar neokeynsianos. Hoy está casi de moda la intervención del Estado en la economía capitalista y no solamente por medio de la regulación indirecta, sino una intervención directa en la actividad económica, hasta la acompañada por una redistribución de la propiedad.
El Dr. Davydov piensa que en cierta medida el experimento neoliberal que anticipó la crisis, desempeñó un mal papel para los intereses y para la capacidad vital del capitalismo mundial. Según los marxistas, la crisis surge a causa de la sobreproducción. Pero actualmente se trata de la sobreproducción financiera.
Esos son los rasgos generales a nivel mundial. Paramos aquí para hablar en la segunda parte sobre Rusia y España. ¿Qué les parece?
Vladímir Travkin,
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