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La crisis: Rusia y España vistos por un optimista moderado (Segunda parte)

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La crisis: Rusia y España vistos por un optimista moderado (Segunda parte)

Primera parte: //actualidad.rt.com/mas/blogs/Travkin/blog_13036.html

¡Hola! ¿Qué tal?

El momento actual es un desafío muy serio y no habitual para la economía contemporánea mundial. Por supuesto, en varios países comienzan a buscarse las respuestas. Lo cierto es que no hay mucha diferencia en el contenido de las medidas admitidas, a pesar de que surgen disputas en varios ámbitos, incluso en el de la Unión Europea, en primer orden entre Alemania, Francia y los Estados Unidos. Pueden variar los acentos en los diferentes enfoques, pero en los rasgos generales los paquetes anticrisis son bastante parecidos, incluso en Rusia y España. A pesar de obvias diferencias, los dos casos coinciden bastante: la crisis muestra el imperativo de un cambio del modelo de desarrollo existente, en mayor medida que en otros países.

El Dr. Davydov estima que Dios nos dio una chance a los rusos, que se expresó en grandes acumulaciones de recursos financieros. Pero por desgracia no fueron utilizados debidamente. Paradójicamente, la sociedad rusa estaba conciente del imperativo de un cambio estructural de la economía nacional. Hace poco fue elaborado un programa para pasar a un modelo innovador en el desarrollo de la economía nacional. En vísperas de la crisis, se elaboraron los así llamados 'proyectos nacionales' en sectores clave, para mantener y aumentar la capacidad de satisfacer las necesidades básicas de vivienda, alimentos y educación. Sin embargo, parece que el esfuerzo adecuado tardó mucho. Entonces, el gran error fue esa incapacidad de utilizar el regalo de Dios. Hasta en Latinoamérica algunos países supieron emprender esfuerzos que dieron sus frutos. Podemos mencionar a Chile y, en parte, a Brasil.

Otro tema es la dependencia externa de la economía rusa. Y no se trata solamente de la dependencia de las exportaciones de hidrocarburos con precios tan inestables. Se trata de la gran dependencia en las importaciones. El 53-54% de los productos alimenticios consumidos por la población rusa son de origen extranjero. Están sobrepasados los límites razonables. La dependencia de las medicinas importadas es mayor todavía: se trata del 70% del mercado. Tenían razón las autoridades rusas al bajar el tipo de cambio de manera controlada al entrar en la crisis. Ayudó sin duda a mantener el saldo positivo en comercio exterior. Pero junto con eso, las condiciones de alta dependencia en alimentos y medicamentos importados provocó el crecimiento de precios en el mercado interno. Claro que este fenómeno no está relacionado solamente con el efecto de la dependencia de las importaciones, es también resultado de la monopolización en muchos sectores del mercado. El empresario ruso está acostumbrado al alto nivel de rentabilidad, con alto costo de recursos crediticios y difícil acceso al dinero 'largo'. Y como consecuencia natural, crecen los precios aún en situación de la crisis.

Resumiendo, podemos concluir que la recesión es consecuencia de la crisis global, pero recibe un gran peso de otras causas internas. Falta capacidad de implementación de medidas anticrisis. Tanto España como Rusia todavía no pueden cambiar la situación y hacer esta maniobra estratégica requerida en ambos casos. Por supuesto, no existen soluciones a corto plazo. Para tener frutos hay que invertir mucho dinero y gastar tiempo.

Surge entonces la pregunta: ¿qué chances tienen Rusia y España de hacer una maniobra estratégica en su estructuración económica? Sus sistemas de gestión, el sistema institucional en general, no funcionan con la velocidad requerida. Parece que en cierta medida el sistema burocrático español está más modernizado en el campo de la gestión económica, pero también tiene sus propios defectos. En particular, se trata de la visión cortoplacista, la visión más predeterminada por los ciclos políticos y la competencia partidista. De eso proviene la motivación coyuntural de las decisiones gubernamentales.

Otro parámetro importantísimo es el grado de madurez de la sociedad civil. España es capaz de influir más en la toma de decisiones en el alto nivel. En Rusia, por desgracia, la capacidad de la sociedad civil es menor hasta el momento.

Concluyendo, el Dr. Davydov dice: “Yo no pienso que tanto Rusia como España no sean capaces de adaptarse a nuevas realidades y emprender maniobras estratégicas a corto plazo. Pero soy optimista moderado en lo que se refiere a largo plazo, teniendo en cuenta una perspectiva de entre 7 y 10 años. La década por delante será difícil para ambos países. Pero tienen que encontrar recetas de respuesta a los desafíos de modernización del siglo XXI. No tienen alternativa”.

A mí me parece que decir esto es mucho más fácil que hacerlo.

Y ustedes, ¿qué opinan?

Vladímir Travkin, e-mail: revistal@mtu-net.ru

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.

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