Liberados los tres pilotos rusos secuestrados en Sudán
Los tres pilotos rusos secuestrados el domingo en Sudán en la provincia de Darfur del Sur han sido liberados tras exitosas negociaciones con los secuestradores, anunció el martes el jefe del Comité parlamentario ruso para Relaciones Internacionales.
“Las negociaciones que duraron algunas horas resultaron exitosas y el grupo que les tenía cautivos liberó a los pilotos, los que han sido entregados a los oficiales de la legación rusa en Sudán”, dijo Mijaíl Margélov, quien encabeza el Comité para Relaciones Internacionales en la Cámara alta del Parlamento ruso.
Precisó que las fuerzas de seguridad sudanesas participaron en las negociaciones, así como representantes de la aerolínea Badr Airline (el empleador de los rusos), sin entregar detalles de la operación.
La empresa aérea local a su vez negó que hubiera pagado rescate. “No hubo exigencias de rescate por parte de los secuestradores y ellos [los rusos] fueron puestos en libertad sin condiciones”, dijo el subdirector general de la compañía, Mutaz Shora.
La Embajada rusa en el país africano confirmó la liberación de los pilotos y su paradero en la ciudad de Nyala, capital de la provincia.
El Centro Sudanés de Servicios Informativos citó al gobernador de la región, Abdel Hamid Musa, que señaló que las fuerzas de la Guardia Fronteriza liberaron a los tres cautivos tras un enfrentamiento con los secuestradores, sin dar detalles sobre bajas.
Los rusos que transportaban cargas para la ONU en un helicóptero, fueron capturados cerca de la residencia donde vivían a manos de una banda dedicada a secuestrar extranjeros y exigir dinero por el rescate.
Éste es el segundo secuestro de pilotos rusos en el territorio del país durante el último tiempo. A finales de julio, un grupo de insurgentes capturó a cuatro tripulantes de un helicóptero y tomaron de rehén al comandante, que fue liberado tres días después.
Nyala, la población más grande de Darfur (provincia rebelde de Sudán en la que actúan varias agrupaciones separatistas), ha sido ya el escenario de varios secuestros de colaboradores extranjeros y miembros de las Fuerzas de Mantenimiento de la Paz ONU-Unión Africana (MINUAD). Esto se ha convertido en un lucrativo negocio para los jóvenes de tribus árabes locales.