Condenan una 'reconstrucción' del atentado de Beslán hecha en una escuela
La sociedad rusa se ha quedado perpleja ante el espectáculo organizado por los alumnos y maestros de una escuela de la ciudad rusa de Riazán, a unos 200 kilómetros al sudeste de Moscú.
El colegio se sumó ayer a los actos conmemorativos que se estaban llevando a cabo por todo el país para homenajear a las víctimas de los atentados de hace seis años en la escuela de Beslán. Pero los alumnos y los profesores de la escuela de Riazán lo hicieron a su manera, provocando el rechazo y la condena de miles de ciudadanos. Prepararon un espectáculo en el que simularon el inicio del asalto terrorista de la escuela.
Los niños que participaron en esta reconstrucción se arrojaron al suelo como si les hubieran disparado. Al parecer la representación les salió tan bien que, según los testigos, los espectadores, tanto niños como adultos, empezaron a llorar. La noticia de este simulacro ha causado una oleada de indignación en internet. Los internautas afirmaron que no se puede enseñar a los niños este tipo de espectáculos y que habría que despedir a todos los profesores y funcionarios que propulsaron esta idea y participaron en su preparación.
En respuesta, la directora de la escuela, Olga Górkovykh, ha anunciado su disposición a dejar su cargo. Sin embargo, dice que no está de acuerdo con la crítica. "Siento lo que está pasando ahora. La gente no nos ha entendido. Escriben en internet que yo, como directora, ahora tengo que dejar mi puesto. Está bien, lo voy a dejar. Pero creo que no va a ser lo más correcto", afirmó.
La vicedirectora de la escuela, Eléna Krysóyeva, señaló que los 'actores' habían despertado "emociones positivas" en el publico. "La gente no lloró por miedo, sino por compasión", dijo.
Los alumnos de la escuela tampoco entienden la indignación de los demás. Contaron que la idea había surgido a finales del año pasado y al regresar a la escuela tras las vacaciones de verano los estudiantes decidieron llevarla a cabo. El mensaje clave de toda la representación, según ellos, era "mostrar que sólo unida la gente puede luchar contra el terrorismo".
"Yo tenía un poco de miedo. Algunos amigos míos incluso empezaron a llorar", dijo Yegór Voronkóv, un alumno de tercer grado.
"Mi papel era corto. Actué de alumna de 11º grado. Cuando en el 'playback' sonaron los disparos, tuve que fingir que me había asustado, caerme al suelo y rezar. Y mi amiga Rita gritó de una manera tan natural que incluso a mí me espantó. Luego nos levantamos y encendimos las velas", explica Anastasia Jólokova, una de las participantes en el acto, que añade "nadie pereció ante los ojos de los espectadores". Confiesa que está un poco angustiada por el hecho de que esta curiosa idea haya sido tratada con hostilidad.