Sorprendente donación de veterano de guerra ruso salva a niños con cáncer

"Salvar la vida de un solo niño, ya es un éxito muy grande!" Así piensa un veterano ruso de la Segunda Guerra Mundial que donó casi 10 mil dólares a un centro oncológico juvenil.

La mayoría de los jubilados y veteranos rusos llevan una vida muy frugal, ya que sus beneficios, a pesar de los aumentos anuales del gobierno, siguen siendo moderados. Para un veterano de guerra donar esta cantidad de dinero implica un sacrificio grande, pues con ella podría tener garantizada su manutención durante muchos años.

Así, esta donación inesperada podría salvar la vida una pequeña niña de cuatro años de edad. Su nombre es Lisa y sufre de una forma grave de leucemia. Actualmente, Lisa recibe atención con quimioterapia. En el futuro próximo le espera una operación muy difícil

“Cuando la gente tiene dinero, me refiero a la gente que no es rica, lo utiliza habitualmente para mejorar su vida. Pero este hombre donó dinero a los niños enfermos. Es un hecho noble desde mi punto de vista”, dice  la abuela de la niña, Lyudmila Drobot.

Nikolái Jabárov, un veterano de la Segunda Guerra Mundial, transfirió casi 10 mil dólares a un centro oncológico juvenil. Esta donación es la más grande que ha recibido este centro en toda su historia. Los médicos y pacientes estaban muy sorprendidos por la acción de esta persona, que lleva una vida humilde.

“¡Nos transfirió 277 mil 800 rublos! Cuando lo supimos, nos asombramos mucho y simplemente queríamos verlo a los ojos, estrechar su mano”, afirma la jefa adjunta de la administración hospitalaria, la doctora Lyudmila Sidorenko.

Después de verlo por primera vez para decirle “gracias”, ahora los trabajadores del hospital lo visitan cada fin de semana y no sólo ellos. Lisa también acude con su abuela para agradecerle su desinteresada acción. Este veterano junto con su esposa ahorró el dinero durante muchos años.

“Mi mujer creía que si con esta ayuda se salvaba la vida de un solo niño, esto ya sería un éxito muy grande”, cuenta Nikolái Jabárov.

Pero ella murió hace un año. Los cónyuges siempre ayudaron a los niños enfermos de cáncer con todo lo que tenían, poniendo en ello su amor, corazón y vida.

“Cuando les dábamos frutas o regalitos, los niños siempre se ponían muy felices. Nos abrazaban, lloraban de alegría”, dice el veterano.

Nikolái y su esposa querían hacer algo importante por los niños. Ella no logró vivir hasta ver realizada esta tarea, pero su marido cumplió su sueño.