Comunidad hispana residente en EE.UU. reclama igualdad de oportunidades
De los cerca de 50 mil contratistas que trabajan en California, el 15 por ciento son hispanos, pero apenas el 3 por ciento de los fondos que se conceden a los proyectos públicos terminan en manos latinas.
Competir con los contratistas más grandes es en la mayoría de las ocasiones el principal obstáculo cuando reclaman igualdad de oportunidades. En esta competencia el factor económico juega el rol más importante y no tanto las habilidades o conocimientos laborales de los hispanos.
La falta de fondos para comprar los seguros que se exigen en muchos proyectos o el dinero para pagar a los empleados hace que muchos contratistas estén en desventaja ante los grandes de este sector.
Pero la desigualdad de oportunidades no es la única dificultad que enfrenta la comunidad hispana en EE.UU. Casi un tercio de los latinos carece de seguro médico, el porcentaje más alto de todos los grupos raciales.
Debido a los altos costos y la difícil economía, los latinos siempre han tenido problemas para acceder a la atención médica básica y al mismo tiempo sufren las tasas más altas de obesidad y enfermedades crónicas como problemas cardíacos, señala un reportaje publicado por el Centro de Salud de Los Ángeles.
No obstante, desde inicios del año pasado la administración de Barack Obama está endureciendo su postura no solo contra los inmigrantes ilegales, sino también contra aquellos que los contraten.
Es el caso de Michel Malecot, un inmigrante francés de 58 años y propietario de un restaurante en San Diego, quien se enfrenta a varios cargos federales por haber contratado a 12 inmigrantes ilegales. Algo que le podría costar hasta 30 años de prisión, unos 4 millones de dólares en multas,y la confiscación de su local.
Funcionarios federales anunciaron que hasta finales de este año habrá cantidades récord de investigaciones y multas a diversos establecimientos donde trabajan un gran porcentaje de indocumentados.
El sector de los restaurantes ha sido el más revisado, ya que según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales, de los casi 12.7 millones de trabajadores en esta industria, se estima que 1.4 millones son inmigrantes, tanto legales como ilegales.
De acuerdo con el Centro Hispano Pew, en 2008 un 20 por ciento de los casi 2.6 millones de chefs y cocineros que trabajaron en los restaurantes estadounidenses eran indocumentados.
Sin embargo, varios especialistas sostienen que los inmigrantes son una mano de obra atractiva para los dueños de restaurantes porque son leales y estables. Al mismo tiempo son los más propensos a trabajar por salarios bajos, sin seguro médico, sin permisos por enfermedad ni vacaciones pagadas.