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Presidente filipino declara el "estado de violencia anárquica" después del atentado en Davao

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Según la política implementada, en caso de emergencia las fuerzas de seguridad podrían gobernar el país, de acuerdo con las instrucciones del mandatario.
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El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha declarado la mañana de este sábado el "estado de violencia anárquica" en el país, después de la explosión en la ciudad natal del mandatario, Davao, que se cobró la vida de 14 personas y dejó más de 60 heridos, informa la cadena ABC-CBN News

En una entrevista con periodistas en el lugar de la explosión, en un mercado popular de la noche en Roxas Avenue Duterte, dijo que los soldados y la Policía estarán autorizados para llevar a cabo búsquedas de acuerdo con la "orquestación del Gobierno nacional".

"Podría invitar al personal uniformado para gobernar el país según mis instrucciones", dijo Duterte. "Cualquier acción que sea tomada por las fuerzas de seguridad será en un intento para detener el terrorismo", agregó.

No obstante, el mandatario ha señalado que el estado actual en el país es diferente al de la ley marcial, ya que no habrá "ningún toque de queda" o suspensión de la acción de hábeas corpus que evita los arrestos y detenciones arbitrarias.

Duterte también ha especificado que esa política nacional estará en vigor hasta que sienta que el país "ya está a salvo" de la amenaza del terrorismo y del narcotráfico. "Tengo este deber de proteger al país. Tengo esta obligación de mantener intacta la integridad de nuestra nación", manifestó.

La explosión ha tenido este viernes alrededor de las 22:20 (hora local) en la zona de masajes del mercado nocturno Roxas. Duterte ha calificado la explosión como un acto de terrorismo, que habría sido perpetrado por las bandas narcotraficantes como represalia por la lucha antidroga que el Gobierno lleva a cabo en ese país.

Mientras tanto, el grupo extremista considerado la rama filipina de Al Qaeda, Abu Sayyaf, ha reivindicado la autoría de la explosión en Davao. EE.UU. y la Unión Europea lo han incluido en la lista de organizaciones terroristas internacionales. Se informa también que anteriormente los miembros de Abu Sayyaf, que han perpetrado docenas de grandes ataques terroristas en Filipinas, juraron lealtad al Estado Islámico.

Sangrienta guerra contra las drogas

El presidente filipino ha alentado la sangrienta guerra contra las drogas en la que está sumergido Filipinas tras ganar las elecciones en mayo. Duterte lanzó una macabra llamada a sus conciudadanos: "Si conocen a algún drogadicto, mátenlo ustedes mismos, ya que sería demasiado doloroso pedir que lo hagan sus padres". El mandatario asegura que las matanzas durarán "hasta el último día de mi mandato, si estoy vivo para entonces".

Desde el comienzo de su mandato y su campaña para acabar con las drogas, más de 2.400 personas —en su gran mayoría narcotraficantes y drogadictos— han muerto a manos de la Policía, las fuerzas de seguridad y las milicias ciudadanas que patrullan las calles.

Criticas de la ONU

Los métodos del presidente filipino han sido criticados por Naciones Unidas y EE.UU., que acusan a Manila de violar los derechos humanos y han amenazado con sancionar al país asiático e, incluso, expulsarlo de la ONU. Duterte, por su parte,  respondió tachando la organización de "estúpida" y amenazando con retirarse por sí mismo de la organización.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, solicitó un encuentro con Duterte durante la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) que se celebrará en Laos la próxima semana en medio de las críticas por parte del máximo organismo internacional por la sangrienta guerra antidrogas. Sin embargo, desde la oficina presidencial rechazaron la petición arguyendo la apretada agenda del mandatario, informó la agencia Reuters.

Un representante de la ONU comentó a la agencia que es insólito que un líder esté demasiado ocupado para reunirse con el secretario general.

"No es un genocidio"

Mientras tanto, el presidente de Filipinas ha declarado que su campaña para acabar con las drogas no es un "genocidio". "No he matado a niños. No he lanzado bombas de barril como [el presidente sirio], Bashar al Assad, ni he quemado a mujeres por negarse a tener relaciones sexuales, como los idiotas del Estado Islámico", sino que "estoy combatiendo a criminales", ha declarado el mandatario filipino durante un discurso por el Día de los Héroes de su país.

"Sigan mis instrucciones para imponer la ley y el orden, no tienen por qué preocuparse: asumo toda la responsabilidad legal, iré a la cárcel por ustedes", indicó el presidente filipino. 

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