Duterte a EE.UU.: "¡No nos pisoteen o van a lamentarlo!"

El ministro de Defensa de Filipinas Delfin Lorenzana declaró este viernes que su país suspendía los planes de patrullaje y de maniobras conjuntas con EE.UU. en aguas del mar de la China Meridional.

En ese sentido, el presidente de Filipinas Rodrigo Duterte ya había expresado la semana pasada su deseo de que el ejercicio conjunto de desembarco anfibio que tiene lugar en estos momentos en Filipinas fuera el último.
Asimismo, el mandatario reiteró ayer en la cuidad de Davao su intención de poner punto final a los 28 ejercicios militares que se llevan a cabo con las fuerzas de EE.UU. cada año.

"Mientras yo esté aquí, no nos pisoteen o van a lamentarlo. No hablaré con ustedes. Siempre puedo ir a China", afirmó Duterte en una conferencia en la cuidad de Davao.

Por su parte, el portavoz del Departamento de EE.UU., John Kirby, afirmó que Washington no tiene conocimiento de ninguna notificación oficial sobre la suspensión de los ejercicios militares conjuntos. Expertos sostiene que los planes del presidente de Filipinas de limitar la presencia de las tropas estadounidenses frustra la intención de Washington de reforzar las fuerzas estadounidenses en el sudeste de Asia con el fin de contrarrestar a China.

Hora de "rever" las relaciones bilaterales 

En ese contexto, Lorenzana agregó este viernes en un foro de corresponsales extranjeros que Manila debería de rever las relaciones bilaterales con Washington y los beneficios de la alianza, subrayando que las Fuerzas Armadas del país podían sobrevivir en caso de que EE.UU. decidiera suspender su ayuda, informó Reuters.

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"Podemos vivir sin eso", recalcó Lorenzana e indicó que el valor de la ayuda militar de Washington a Manila "no es muy grande" y que los funcionarios militares del país podrían pedir al Congreso de Filipinas recompensar el déficit de 50 a 100 millones de dólares al año en caso de que EE.UU retire su ayuda.

Las declaraciones de Lorenzana reiteran la retórica antiestadounidense del presidente filipino Rodrigo Duterte en respuesta a las crecientes críticas de Estados Unidos y de la Unión Europea a su guerra contra las drogas, que ya ha provocado más de 3.600 muertes a manos de la Policía y de las bandas de narcotraficantes.

Duterte afirmó el jueves que si EE.UU. y la UE "están descontentos" con su "masiva guerra contra la droga" y por ese motivo desean dejar de apoyar a su país, deberían "hacerlo", en insistió en que los filipinos no son "pordioseros".