América Latina pide democratizar las economías de los países ricos

Alrededor de 140 jefes de Estado y de Gobierno se reúnen en la sede de la ONU del 20 a 22 de septiembre para impulsar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Esta reunión está convocada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, y en ella se tratará el porqué la campaña para cumplirlos no está avanzando al ritmo esperado, demorándose aún más la tarea por la recesión mundial. Así que los líderes mundiales examinarán el progreso y las brechas en el cumplimiento de los ocho ODM establecidos para el 2015 (fecha límite para alcanzarlos).

Las mencionadas metas son: erradicar la extrema pobreza y el hambre; asegurar el acceso a la educación primaria universal; mejorar la igualdad de género y autonomía de las mujeres; reducir la mortalidad infantil; mejorar la salud materna; combatir el VIH/SIDA, malaria y otras enfermedades; asegurar la sustentabilidad ambiental y desarrollar una alianza mundial para el desarrollo.

En estas condiciones contemporáneas América Latina pidió en la ONU una democratización de las economías de los países ricos, para incorporar al desarrollo a millones de personas que viven en la pobreza. "El acceso a los mercados internacionales es tan importante como la ayuda oficial al desarrollo", afirmó el presidente de Honduras, Porfirio Lobo, primer orador latinoamericano en la Cumbre.

El contexto de la crisis económica global hace temer a muchos países que se aplacen ayudas financieras básicas para sacar de la pobreza extrema a millones de personas antes de 2015, una de las principales retos de los ODM. El cumplimiento de los compromisos adoptados por la comunidad internacional requiere "actuar con mayor energía y acelerar el paso", apuntó Lobo. “La solidaridad de los países de alta renta, la buena gestión de los gobiernos de los países beneficiarios y el esfuerzo de sus ciudadanos son indispensables para terminar con las ataduras de la enfermedad, del hambre y de la ignorancia”, dijo el mandatario.

Misma opinión la expresada por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que al inaugurar la sesión dijo que son "realizables", pero requieren "más voluntad política" para apoyar a los más vulnerables a pesar de la crisis. Con eso la ONU ha estimado que se necesitará una aportación adicional de 100 millones de dólares en 5 años para conseguir resultados.

Evo Morales, presidente de Bolivia, fue uno de los más críticos al subrayar que los modelos económicos actuales son responsables de la pobreza y propuso romper con la dependencia del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial (BM), creando una institución financiera del sur para los países en vías de desarrollo que no imponga condiciones y ajustes estructurales. El mandatario boliviano también destacó que la injusta distribución de la riqueza es la causa de la pobreza, y sostuvo que los modelos económicos vigentes no ofrecen ninguna solución para acabar con ese flagelo. "El objetivo de destinar el 0,7% del PIB de las economías ricas a la ayuda al desarrollo es el pago de una deuda con el sur", afirmó. Morales fue uno de los dirigentes que resaltaron que todavía hace falta mucho para de reducir la pobreza.

Entre las propuestas presentadas, el jefe del Ejecutivo español, José Luis Rodríguez Zapatero, abogó por una tasa sobre las transacciones financieras internacionales y se comprometió a defender esta medida en foros como la UE o el ‘G 20’ (países más ricos y principales emergentes).

En la misma línea, el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, dijo que intentará acelerar ese nuevo impuesto destinado al desarrollo durante la Presidencia gala del ‘G 20’ y del ‘G 8’.

Robert B. Zoellick, presidente del BM advirtió que es necesario conectar los diversos objetivos para ganar eficacia, pues "no es suficiente construir centros de salud si no hay carreteras para que las madres lleguen hasta allí y tampoco es suficiente aportar libros de texto si los niños no pueden hacer los deberes a oscuras por la noche en casa".

Algunas organizaciones han criticado el gasto que supondrá el despliegue de las delegaciones en esta cumbre de tres días, cuyo objetivo es combatir la pobreza.

En ese sentido, la directora ejecutiva de la Unicef España, Paloma Escudero, dijo a EFE que la Cumbre significará un "impulso político" para reforzar los compromisos adquiridos por la comunidad internacional y asegurar la mayor eficacia de los programas.

Por su parte, el presidente de Guatemala, Álvaro Colom, afirmó que su país ha hecho buenos avances hacia el logro de los ODM y destacó el crecimiento experimentado por su Estado en los últimos 15 años, gracias a los programas de ayuda al desarrollo pero reconoció que éstos todavía son insuficientes y pidió que, a pesar del contexto de crisis global, no se frenen los compromisos de ayuda.

También la viceministra de Relaciones Exteriores de Colombia, Patricia Londoño insistió en que los retos son parte esencial de las políticas sociales de su país que servirán "para transformar la vida de millones de personas".

Al concluir la Cumbre deberán llegar a un compromiso que incluya medidas concretas para lograr un progreso más acelerado hacia los acordados. Ocurre que a 5 años de la fecha límite fijada para 2015, el planeta está lejos de haber cumplido las metas establecidas hace una década.

Al margen de la cita se celebrarán numerosos encuentros bilaterales, entre ellos de los ministros de Exteriores de la OTAN y Rusia, un encuentro de alto nivel sobre Sudán, una conferencia ministerial sobre desarme y una reunión del ‘Cuarteto de Oriente Medio’ (EE. UU., Rusia, la UE y la ONU) y aún no se ha confirmado si el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aceptará la invitación a un encuentro con su homólogo de Irán, Mahmud Admadineyad.

La reunión precede al debate anual de la Asamblea General de la ONU, del 23 al 30 de septiembre, en la que jefes de Estado, presidentes y cancilleres de 192 países dialogarán sobre temas de la actualidad internacional.