Historia de una chaqueta: Pasar de un mercadillo de segunda mano a una exposición del Holocausto

Una chaqueta de un prisionero de un campo de concentración nazi hallada en el interior de un armario que formaba parte de un mercadillo de productos usados se ha convertido en objeto central de una exposición en Nueva York dedicada a la historia de un superviviente del Holocausto, informa la agencia AP.

Jullian Eisman, que visitó un mercado de segunda mano en Long Island, reconoció de inmediato la chaqueta del uniforme azul y gris llevada por las víctimas del Holocausto. La compró por dos dólares y, posteriormente, la donó al Centro de Holocausto Kupferberg de Nueva York.

Los empleados del Centro no solo exhibieron la chaqueta sino también investigaron la historia de Benzion Peresecki, el propietario de la prenda. Se trataba de un joven al que se le obligó a fabricar municiones en el campo germano de Dachau durante la Segunda Guerra Mundial, de la que salió con vida. Al terminar la contienda se embarcó rumbo a EE.UU., donde se convirtió en Ben Peres.

Su historia fue rastreada gracias al número de preso que luce en la chaqueta y las memorias que el propio Ben redactó. Y que su hija halló bastante tiempo después de que muriera en 1978.

Cuando Lituania fue invadida por los nazis, a Peresecki le dejaron con vida por tener solo 15 años (todos los judíos de 16 o más años, incluido su padre, fueron ejecutados). El adolescente fue enviado un campo de concentración para realizar trabajos forzosos y años después escribió sobre las palizas sufridas. Sin embargo, a sus hijos no les contó demasiado sobre Dachau. Mucho menos sobre la chaqueta.

Los historiadores especializados en el Holocausto afirman que este tipo de chaquetas son una rareza dado que la mayoría de las ropas que vestían los prisioneros fueron quemadas por los piojos y la posibilidad de que propagaran diversas infecciones. Además, la mayoría de ellos prefería deshacerse de ellas para no evocar momentos tan duros.