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Irán propuso al mundo una década para la cultura de paz

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Deshacerse del capitalismo y establecer un nuevo orden en el mundo, fueron los dos puntos claves de la intervención del presidente de Irán, Mahmoud Ahmadineyad, en el primer día de la cumbre de la ONU sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

Deshacerse del capitalismo y establecer un nuevo orden en el mundo, fueron los dos puntos claves de la intervención del presidente de Irán, Mahmoud Ahmadineyad, en el primer día de la cumbre de la ONU sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

Ahmadineyad junto a su homólogo de Zimbabwe, Robert Mugabe, figuraron como los dos primeros líderes nacionales en hacer uso de la palabra ante la Asamblea General. Ambos expusieron su enfoque acerca del mundo más justo y más humano.

“Una organización injusta y seudo-democrática de las instituciones internacionales, políticas y financieras es la causa de la mayoría de la desgracias de la humanidad”, denunció el mandatario iraní ante los participantes de la cumbre. Criticó a los capitalistas liberales de todo el mundo por lo que una multitud de mujeres, hombres y niños pasan privaciones por culpa de sus políticas.

“Ahora, cuando el régimen discriminatorio del capitalismo y el hegemonismo sufren una derrota y se acercan a su fin, es importante mantener unas relaciones honestas que lleven a la prosperidad”, destacó en particular.
El orador indiscutible declaró la necesidad de volver a las fuentes divinas, a la naturaleza madre que creó al ser humano, así como a un gobierno más justo e imparcial. Recordó que el primer decenio del milenio, designado por la ONU como la 'Década Internacional para la Cultura de Paz', estuvo caracterizado por las guerras, las ocupaciones, las matanzas, los desplazamientos y la intimidación. En ese sentido, propuso a la Asamblea General nombrar el segundo decenio como 'Década de la Gobernanza Conjunta Global'.

Durante este período, instó el dirigente, “todos debemos aplicar nuestros esfuerzos coordinados para que se establezca un gobierno competente en los centros del poder mundial y se garantice la tranquilidad, el bienestar, la confraternidad, la paz y la seguridad estable”.

En su encuentro con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, Ahmadineyad abogó por el reanudación del diálogo internacional sobre el programa nuclear iraní, siempre y cuando que los colaboradores del 'grupo de los cinco' respeten la posición de su nación sobre las cuestiones del desarrollo energético. Discutió también la participación en la agenda internacional de la lucha contra la propagación de las drogas, siendo evaluada muy positivamente la actitud constructiva de Irán en este sentido por parte de Ban.

Horas antes, durante su entrevista anual con la prensa norteamericana el mismo día de su intervención ante la ONU Ahmadineyad indicó que “al pueblo norteamericano le conviniera llevarse bien con Irán”. El primer paso al encuentro, opinó el líder iraní, sería cambiar de actitud. “Mientras el Gobierno estadounidense siga buscando dominar a Oriente Medio e Irán, el problema no tendrá solución”, aseguró el político. “Estados Unidos no debería interferir en los asuntos de Irán y Oriente Medio”.

El otro líder nacional que intervino en el primer día de la cumbre, Robert Mugabe, se centró en las ‘sanciones ilegales’ que las naciones más desarrolladas imponen contra los países pobres. Representó el Ejecutivo de Zimbabwe como una víctima de esa índole de medidas, que pierde su capacidad de disminuir la pobreza y el hambre e incluso de abastecer a la población con el agua potable como consecuencia de las restricciones sobre sus operaciones financieras, exportación e importación.

La práctica de sanciones unilaterales fue condenada también por el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, que representaba a este país en la Asamblea General.

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