Unidos por el crudo: México estrecha lazos energéticos con China
Tras años de relaciones frías y diplomáticamente difíciles, México y China podrían poner en marcha un acercamiento para la explotación conjunta del yacimiento de hidrocarburos llamado 'Cinturón Plegado Perdido', que se encuentra en el Golfo de México, a 3.100 metros de profundidad, cerca de la frontera con Estados Unidos. La petrolera China Offshore Oil Corporation E&P, propiedad del gobierno chino y tercera petrolera más importante del gigante asiático, ha obtenido dos contratos para extraer petróleo ligero en esa región.
El Cinturón Plegado Perdido es una de las zonas con más alto potencial de reservas petrolíferas: al menos las estimaciones de la compañía Petróleos Mexicanos (Pemex) son altamente optimistas al respecto, ya que consideran que se podrían producir 3.557 millones de barriles de petróleo crudo.
Las licitaciones que ha obtenido China Offshore Oil Corporation E&P le permiten realizar extracciones en las áreas 1 y 4, que tienen una extensión de 1.678 y 1.887 metros cuadrados respectivamente. La prensa mexicana explica que "la oferta presentada [para el área 1] fue de una regalía adicional para Estado de 17.02 por ciento y un factor de inversión adicional de 1.5, con lo que superó la oferta de Pemex de 6.65 por ciento para regalía adicional y 1.0 de factor de inversión". En cuanto al área 4, "la oferta presentada fue de una regalía adicional para Estado de 15.01 por ciento y un factor de inversión adicional de 1.0, de acuerdo con autoridades de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH)"
Asimismo, otras corporaciones petroleras han obtenido sus respectivas licitaciones para operar en el Cinturón Plegado Perdido. Por ejemplo, el consorcio integrado por Chevron Energía de México, Pemex Exploración y Producción e Inpex Corporation, ganó la adjudicación del área 3.
Un contrato con dimensión geopolítica
La explotación del Cinturón Plegado Perdido es un proyecto a medio plazo, aunque según la propia CNH las labores de extracción podrían iniciarse dentro de unos 5 años. El acuerdo además abre un interesante espacio geopolítico, un vínculo cooperativo entre dos naciones en busca del beneficio mutuo, en un entorno económico marcado por la nueva gestión de Donald Trump como presidente de EE.UU. a partir del próximo enero.
Hay que recordar, a este mismo respecto, que tanto China como México fueron elementos importantes de la campaña de Donald Trump, y no precisamente de manera positiva. Sus constantes amenazas sobre restricciones y aranceles contribuyeron a augurar un periodo hostil en las relaciones comerciales entre EE.UU. y estos dos países, que ahora podrían formar un frente común frente a esas mismas dificultades.