"Conviértete en un atacante suicida": la polémica parodia de la Armada británica

Una serie de carteles satíricos han aparecido en paradas de autobús de la capital del Reino Unido. La campaña, obra del artista Darren Cullen, invita a sumarse a la Armada británica con el lema 'Conviértete en un atacante suicida' y cuenta con el apoyo de Veterans for Peace UK.

La crítica apunta a los submarinistas nucleares que, en caso de una guerra, al lanzar un misil que matará a millones de personas, inmediatamente serán destruidos en un contraataque. Esto los convertiría en terroristas suicidas.

Todo esto fue respaldado por William McNeilly, exingeniero de armas de la Armada Real quien fue expulsado después de entregar a WikiLeaks un expediente de graves fallas de seguridad en el 2015. "Es bien sabido que los submarinos nucleares serán el objetivo principal en una guerra nuclear", dijo a RT. Esto se debe a que, según explicó, una vez que un submarino comienza a lanzar misiles es detectado inmediatamente. Los que están a bordo saben que "es extremadamente improbable que sobrevivan a una gran guerra contra Rusia. Están listos y preparados para ser atacantes suicidas", añadió McNeilly.

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Las fallas de seguridad 

McNeilly ya había advertido previamente sobre los problemas de seguridad respecto al sistema de lanzamiento de misiles de los submarinos británicos. Aseguró que durante sus años en la Armada británica fue testigo de "tres fallos en los tres intentos de la 'prueba de compensación WP 186'", que sirve para equilibrar las variaciones de peso del submarino durante el lanzamiento del misil. Desde su perspectiva esto demuestra que el misil Trident "no podía ser lanzado desde una plataforma inestable" como la de un submarino.

También denunció que "el Gobierno intentó encubrir los problemas del misil y toda la información reflejada en mi reporte" sobre ese proyecto. 

Recientemente se dio a conocer que el Ministerio de Defensa del Reino Unido ocultó el lanzamiento de un misil balístico Trident en junio del 2016. Esto se debió a que, lanzado desde el submarino Vengeance cerca de las costas de Florida, en EE.UU., se desvió de su trayectoria y se dirigió hacia la costa estadounidense. 

Este hecho no se hizo público debido a que sucedió semanas antes de la votación de la Cámara Baja del Parlamento británico, sobre el futuro de los misiles Trident, donde finalmente se aprobó la inversión de más de 31.000 millones de libras (44.000 millones de dólares) para la renovación del programa nuclear.