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Trump vs Obama: ¿Quién es el rey de las deportaciones?

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RT consultó a distintos expertos para saber si efectivamente las políticas migratorias están cambiando con la nueva administración en EE.UU..
Trump vs Obama: ¿Quién es el rey de las deportaciones?

Según la información del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés), difundida por el periodista de Univisión Jorge Cancino, desde el 20 de enero hasta el 29 de abril fueron deportados por el republicano 57.735 indocumentados, mientras que el demócrata expulsó a 66.484 en el mismo período del año anterior. 

"Obama deportó a 3.4 millones de connacionales"

Paola Suárez Ávila es antropóloga y se desempeña en el Centro de Investigaciones de América del Norte, de la Universidad Nacional Autónoma de México, obtuvo un post doctorado en Políticas Públicas en la Universidad de California y se dedica al trabajo de campo con inmigrantes. Además, tras estudiar bien de cerca la problemática, acaba de brindar un seminario bajo la consigna del ‘fenómeno de la deportación masiva en la administración de Barack Obama (2009-2015)’. Al respecto, contó: "Aproximadamente, bajo su Gobierno hubo un millón de deportados, según las cifras oficiales".

Ávila explicó para esta nota que "en los años electorales nunca se ven grandes incrementos en las deportaciones, pero los años del medio presentan aumentos". En su artículo titulado 'Un balance sobre la política pública migratoria y el fenómeno de la deportación en la administración de Barack Obama (2009-2012)', evidencia que el 2009, con 263.000 deportaciones –reconocidas oficialmente -, fue un año de índices elevados.

Sin embargo, aclaró que "bastantes ONG consideran que en verdad son muchos más los expulsados", y esto se explica porque "a varios les hicieron firmar acuerdos de retiros voluntarios, pero igualmente fueron detenidos",  y añadió: "Los mexicanos aceptan por escrito no poder regresar a EE.UU. nunca más, si vuelven pueden ser sancionados. Hay agrupaciones que trabajan en la frontera y también registran este tipo de salidas, supuestamente voluntarias".

Una de estas organizaciones es el Instituto de Investigación y Práctica Social y Cultural (IIPSOCULTA), y su coordinador, Luis Ángel Gallegos, sostiene que en total "Obama deportó a 3.4 millones de connacionales".  Más allá de la histeria generalizada por los habituales dichos públicos del actual Presidente estadounidense, el experto enfatizó: "Desde que llegó Trump no se ha visto un incremento en las deportaciones, pero sí en la xenofobia y creció el miedo de los indocumentados a ser expulsados".

Giros discursivos

Gallegos sintetizó: "Lo que cambia con Trump es la retórica. También se criminaliza más y se remueven sentimientos racistas hacia los migrantes indocumentados, que siempre existieron, pero estaban en reposo". Ávila se explayó en este punto: "Bajo el mandato de Obama no hubo un argumento para las deportaciones. Desde que inició su campaña apoyó a los extranjeros, a nivel narrativo. En 2006 hubo un movimiento masivo de inmigrantes mexicanos y diversas comunidades, esto sirvió para otras organizaciones acorraladas después del 2001, acosadas por el Programa de Seguridad Nacional tras la caída de las Torres Gemelas. Después de 2006, Obama ve como una fuerza política a los inmigrantes organizados y logra conseguir sus votos en 2008. Por eso su discurso nunca fue antiinmigrante, aunque sus políticas ya estaban construidas desde 1996 por Clinton, cuando comienzan estas restricciones a gran escala".

Breve repaso

Sobre los programas de defensa creados tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, la analista profundizó: "Se hicieron nuevos mecanismos para identificar a supuestos criminales o terroristas, que tienen que ver con el perfil racial. Es decir, se autorizaron a agentes federales para que cualquier persona sospechosa de hacer algo contra la Nación, pueda ser detenida, incluso en la calle".

"Cuando llegó Obama, estas políticas estaban desarrolladas a grandes rasgos, pero, por ejemplo, el programa de Comunidades Seguras - impuesto por George W. Bush en 2008-, realmente comenzó a ponerse en acción. En San Francisco, que es una ciudad santuario para los migrantes, nadie puede pedir documentos en la calle, es ilegal allí. Pero con este tipo de programas, por ser más importante la seguridad nacional, pueden meter a los agentes federales para pedir documentos en la vía pública. Obama se comprometió a que este programa funcione en todos los estados", recordó.

"No es posible que Trump expulse la cantidad de personas que anunció"

El miembro de IIPSOCULTA sumó que en la anterior administración "no hubo una reforma migratoria", aunque aclaró: "Pero Obama construyó una maquinaria de deportaciones que ahora Trump está utilizando bastante bien". Por otro lado, opinó: "No es posible que Trump deporte a 6 millones de mexicanos, tal vez pueda llegar a la cifra de Obama en toda su administración porque cuenta con los mecanismos para hacerlo y recursos. Incluso hay convenios firmados con países como México, para una repatriación digna y segura, pero definitivamente no tendría la capacidad jurídica para deportar a la cantidad de personas que él mismo anunció". También detalló: "Podría lograrlo solo si se implementara la sección '287 G' de la reforma migratoria de 1996, que le da facultad a los policías locales para ser agentes del ICE, capacitándose por dicho organismo para efectuar las detenciones. Esto ya sucedió, sobre todo en el Gobierno de Bush. Si llegara a aplicarse, sí podría haber un nuevo aumento representativo en las deportaciones. Mientras tanto, no, porque hay varias barreras jurídicas". 

Deportador en jefe

Sin embargo, la académica de la UNAM encendió algunas señales de alerta: "Donald Trump reforzó el pulso antiinmigrante, el problema es que lo hace evidente, a diferencia de Obama. Trump no hizo una alianza en época de elecciones, su discurso fue racista y xenófobo, de forma explícita. Con Obama no existía esto porque había un pacto electoral". A su vez, afirmó que "las políticas no han cambiado mucho, a estos 100 días de gobierno sigue todo estructurado como cuando estaba el Presidente anterior, la transición es meramente discursiva", pero amplió: "No quiere decir que la polítca de Obama haya sido buena. Él era llamado 'deportador en jefe' – deporter in chief -. No hay diferencias importantes en las cifras, siguen siendo elevadas. Pero tampoco ha sucedido la deportación masiva de la que se hablaba".

Según Ávila, lo más grave es la licencia social simbólica que el pueblo estadounidense comienza a otorgarle a este tipo de políticas: "Hay más posibilidad de hacer uso de estos programas sin tanta discusión o controversia, porque Trump ganó espacio en la opinión pública. Lo que sucedió en el período de Obama para confrontar estas medidas, fue gracias a la sociedad civil. El problema es que ahora el pueblo en Estados Unidos no es fuerte, es más sólida esta estructura de Trump gracias a las elecciones". Y concluyó: "Esto es peligroso. No solo puede montarse el fenómeno de la deportación, si no que se puede avanzar sobre los derechos humanos de los inmigrantes, que es lo más terrible. Es clave ver en qué condiciones están ellos en EE.UU. El verdadero juego de Trump no es echarlos, sino reducir sus condiciones de vida". ¿Buscará Trump que los mexicanos se marchen por sus propios medios o continuará con el legado de su predecesor?

 

Leandro Lutzky

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