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Moscú sigue en espera de una solución a los atascos de tráfico

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“No aguanto más!”, “Entiérrenme aquí mismo!”, “Cariño, créame que estoy en el atasco solo y no con mi secretaria!” “¿Si hay chicas lindas menos de 25 años de edad?” “El gran maestro movió de e2 a e4”, “Señorita en el Suzuki, ¿un café?”, “¡Sigo avanzando por el puente desde hace dos horas!”, “Pensab
Moscú sigue en espera de una solución a los atascos de tráfico

“No aguanto más!”, “Entiérrenme aquí mismo!”, “Cariño, créame que estoy en el atasco solo y no con mi secretaria!” “¿Si hay chicas lindas menos de 25 años de edad?” “El gran maestro movió de e2 a e4”, “Señorita en el Suzuki, ¿un café?”, “¡Sigo avanzando por el puente desde hace dos horas!”, “Pensaba fumar porros en casa pero tendré que hacerlo ahora mismo”.

El servicio de información sobre la situación en las carreteras de la capital rusa de repente se convirtió en algo parecido a la red social Twitter un día de octubre pasado, día cuando miles de automovilistas de Moscú, en la desesperación de regresar pronto del trabajo a casa, trataban de encontrar cualquier remedio para evitar volverse locos de cansancio, de hambre o de desilusión.  

Una lluvia larga y accidentes de tránsito hicieron colapsar el centro de Moscú. Atascamientos sin precedentes se formaron cerca de las 5 de la tarde y miles de vehículos quedaron inmóviles en un radio de al menos 10 kilómetros a la redonda. Algunos de los conductores pasaron hasta 6 horas en aquellos atascos.

Buscando distraerse y acortar el tiempo en su poco envidiable situación, muchos se dedicaron a marcar el mapa electrónico de los atascos de Moscú con mensajes cortos a través de sus móviles.  

Algunos de los mensajes se convirtieron en intercambios y hasta llevaron a resultados muy positivos. Por ejemplo, un hombre se quejó de que tenía mucha hambre y al señalar el número de matrícula de inmediato recibió un bocadillo de una chica que se ubicaba en un Mazda en el carril vecino.   

Asimismo, las personas se dirigían al nuevo alcalde de Moscú para que se apresure con su compromiso de resolver el problema de la circulación en la ciudad, urbe que ya está al borde del total colapso.

La cantidad de vehículos registrados en Moscú excede los 3 millones y aumenta a un ritmo de 300.000 año a año. Además, cerca de 1,5 millones de coches visitan la capital a diario desde provincias.

Hasta 800 atascos se forman en Moscú diariamente los que, en su totalidad, involucran a más de un millón de vehículos. Según un estudio realizado por la corporación IBM sobre la condición de tránsito, en las 20 mayores megalópolis del mundo Moscú está ubicada en el cuarto lugar por la cantidad de congestiones de tránsito, pero lidera por su duración.

La encuesta muestra que los moscovitas se llevan el récord por llegar tarde al trabajo a causa de los atascos. Los conductores pasan en promedio dos semanas por año en congestiones en la capital rusa, y más de 40% de los conductores encuestados han experimentado pasar más de 3 horas en un embotellamiento.

Es poco probable que las horas pasadas en atascamiento no estropeen el humor de los automovilistas. Es más, estar detenidos en atascos le causó ira a un 51% de los conductores y estrés a un 29%. Tal vez por eso los conductores moscovitas resultaron ser algunos de los más inamistosos del mundo, superados sólo por los de Pekín.

Los automovilistas moscovitas son agresivos y a veces hasta pueden armar una pelea si alguien les corta el paso.

No son sólo hombres quienes manifiestan síntomas de tal agresividad. En abril pasado, un accidente de tráfico produjo consecuencias absolutamente inesperadas: tras la colisión de dos coches, una conductora apuñaló a su oponente masculino en el vientre, le agarró las llaves de su automóvil y escapó en el vehículo del hombre dejando el suyo atrás.

“Con la descarada manera de conducir en Moscú y las diarias paradas en atascos uno puede acabar en un manicomio”, señaló una conductora.

La Academia Rusa de Transporte estima que cada auto que pasa una hora en un congestionamiento cuesta 500 rublos (16 dólares) al Estado; el daño financiero anual a las arcas fiscales suma 1.100 millones de dólares.

Al mismo tiempo, las congestiones son una fuente de ingresos avaluados en decenas de millones de dólares que reciben los servicios de Internet, empresas de ingeniería de software, operadores de comunicación móvil, propietarios de redes sociales y emisoras de radio, es decir, todos que ayudan a los automovilistas a "acortar" el tiempo u obtener información sobre cómo salirse de los atascos lo más rápido posible. 

Cabe mencionar que los atascos también vienen cambiando el modo de vida cotidiana de moscovitas y visitantes. Estos hacen que la gente de Moscú llegue hasta varias horas antes de la que empiezan su jornada de trabajo. Los primeros en responder a esta tendencia fueron algunos restaurantes y cafeterías que llegaron a abrirse al amanecer para ofrecer “desayunos de negocios” a los madrugadores.

Varios gimnasios tampoco pudieron desentenderse de esta ventaja potencial y, actualmente, cerca de una cuarta parte de sus clientes son madrugadores forzados.

Algunas compañías convierten a los coches de sus directivos en “oficinas sobre ruedas”: los equipan de televisores, Internet, butacas y tabiques de aislamiento del chofer, todo para que no "pierdan el tiempo" en los atascos.

Aunque la alcaldía de la ciudad está elaborando un completo paquete de medidas para reducir el peso de las congestiones sobre Moscú, sólo queda por adivinar si resultarán efectivas y oportunas o serán los mismos atascos los que vencerán en este enfrentamiento.

Dmitri Stepin, RT

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