Forbes expone las aficiones de los multimillonarios
Los multimillonarios se entusiasman no sólo con losyates, los caballos, las antigüedades y los automóviles hipercaros. Forbes mostró que, a veces, sus aficiones se acercan demasiado a lo extravagante y excéntrico.
Por ejemplo, el famoso representante del clan Rockefeller, David, colecciona escarabajos. El multimillonario siempre tiene un contenedor en su bolsillo, por si encuentra algún insecto singular durante tal o cual viaje. En su colección, hay un tipo único de escarabajo sagrado, divinizado por los faraones egipcios. Al coleóptero, descubierto por él mismo, le fue conferido el nombre 'Diplotaxis rockefelleri'. Su pasión por los escarabajos se manifestó a la edad de siete años y no deja al rico nonagenario. Toda su colección de insectos fue legada al museo zoológico de la universidad de Harvard.
Otra manía extraordinaria es la del banquero Clemmie Dixon Spangler, quien posee un considerable paquete de acciones del Bank of America. Al magnate le gusta pasar el tiempo reparando relojes antiguos. Spangler afirma que prefiere estos viejos mecanismos por sobre las personas, tan inconstantes e impredecibles. Su inclinación comenzó hace 45 años, cuando el antiguo reloj del siglo XVII regalado por su madre se paró, y el financista decidió correr la cortina del misterio del aparato. Más tarde, cuando todos los relojes en casa fueron arreglados, Clemmie Dixon Spangler abrió su propio taller de reparaciones.
Su compañero multimillonario Gordon Getty abandonó el negocio del petróleo para dedicarse a la composición de óperas. Su obra más famosa se llama 'Falstaff', como el personaje de ficción creado por William Shakespeare. Según la revista Forbes, el multimillonario ya la puso en escena con la Orquesta Nacional de Rusia.
La pasión por la música también desempeña un gran papel en la vida de otro magnate: Jim Irsay, propietario del club de fútbol Indianapolis Colts, quien colecciona instrumentos musicales. En su colección hay guitarras de George Harrison y Jerry Garcia. El multimillonario tampoco escatima en guitarras vintage, alegando que no tienen precio.
Los ricos de EE. UU. coleccionan sellos, Biblias, carteles, monedas. Algunos como Gary Magness incluso obtienen placer conduciendo camiones por lugares intransitables.