Uzbekistán revela que pasó con la hija de su difunto presidente 'desaparecida' en 2013
Uzbekistán ha hecho públicos por primera vez detalles sobre la situación judicial de Gulnara Karimova, la hija mayor del difunto presidente Islom Karimov, que gobernó al país durante 26 años.
De acuerdo con la información de la Procuraduría uzbeca revelada este viernes, en agosto de 2015 Karimova fue condenada a 5 años de "libertad limitada" por varios delitos económicos, entre los que se incluyen malversación de fondos públicos, evasión de impuestos y colaboración con grupo delictivo.
La investigación estimó que el agravio total "a los intereses del Estado y a los ciudadanos" causado por Karimova entre 2001 y 2013 superó los 1.000 millones de dólares (3,7 billones de som).
De acuerdo con la Procuraduría, la hija del fallecido presidente poseía activos de procedencia ilicita en doce diferentes países por valor de 1.400 millones de dólares. Disponía de cuentas bancarias y distintos inmuebles en Suiza, Reino Unido, Francia, España, Alemania, Suecia, Letonia, Irlanda, Malta, Emiratos Árabes Unidos, Hong Kong y Rusia, incluidas diez viviendas en Moscú. Taskent pidió a todos estos países congelar estos activos.
Hija pródiga
Gulnara Karimova desapareció de la vida pública entre 2013 y 2014, dos años antes de la muerte del primer y hasta entonces único presidente de Uzbekistán, Islom Karimov.
Varios medios especularon sobre la posible muerte de la mujer, pero en septiembre de 2016 un abogado suizo que participaba en su proceso reveló que estaba recluida en un anexo a su casa en Taskent y que se le había prohibído cualquier contacto con el exterior, incluido con su familia y abogados.
Karimova ocupaba varios cargos en el Ministerio de Exteriores de Uzbekistán y trabajó en sus misiones diplomáticas en Moscú y en las oficinas del país ante la ONU en Nueva York y Ginebra. Su último cargo diplomático fue el de embajadora en España, puesto que ocupó hasta el 2012.
Karimova estaba considerada como la futura sucesora de su padre, pero en 2013, las relaciones entre ambos se deterioraron y acabó siendo finalmente perseguida por la justicia uzbeka.