Bolivia anuncia una severa subida de los precios de los combustibles
En ausencia del presidente Evo Morales, que se encuentra ahora con la visita oficial en Venezuela, el Gobierno de Bolivia decretó el domingo pasado un aumento generalizado de precios de los combustibles líquidos del 57% al 82%.
Un litro de gasolina pasará a costar 6,47 bolivianos en vez de 3,74, lo que significa un aumento del 73%; el precio a la gasolina especial creció de 4,79 a 7,51 bolivianos (el incremento del 57%) y el diésel de 3,72 a 6,80 bolivianos (el 82% de aumento). El coste del Gas Licuado de Petróleo (GLP) y del Gas Natural Vehicular no ha cambiado.
La noticia desagradable para los bolivianos fue pronunciada por el vicepresidente de la república, Álvaro García Linera que avisó que se niveló el precio de los combustibles líquidos mediante el decreto supremo 748 “para proteger la economía boliviana”. “Ya no podemos subvencionar ni a los contrabandistas ni a los poderosos que tienen cinco carros o seis carros. Lo que queremos es que esa plata de la subvención la usemos en beneficio de los bolivianos más necesitados”, justificó Linera.
Durante los últimos seis años los precios de los combustibles se mantuvieron congelados en 27 dólares el barril, mientras que a nivel internacional en la actualidad cuesta 90 dólares. Así la factura que el Gobierno boliviano pagó para asegurar para sus ciudadanos los precios mucho más bajos que los del mercado internacional, subió de 80 millones de dólares en 2005 a 380 millones en 2010.
“Compramos del extranjero diésel caro y lo vendemos barato, esa diferencia se llama subvención que asciende a 380 millones de dólares… Subvencionamos evidentemente al compañero del trufi o del micro, pero también subvencionamos al joven que está paseándose hoy día domingo en su Hummer o en su 4X4 y a la familia que tiene cinco carros de lujo y que le da un carro para la esposa, un carro para el esposo, otro para el hijo, otro para la hija. No es justo, es una subvención injusta, subvencionamos al rico y al que no necesita”, comentó el vicepresidente boliviano.
El problema clave es el contrabando de los combustibles bolivianos al extranjero. El valor de aquellos que se comercializan de forma ilegal en Perú, Brasil, Chile y Argentina es de 150 millones de dólares, que Linera calificó como una "vena abierta en los bolivianos que alimenta a los extranjeros".
“Mantener precios bajos aquí en Bolivia y en el extranjero altos, porque toda nuestra gasolina y diésel se van afuera como ríos; hemos intentado proteger del contrabando, hemos movilizado a las Fuerzas Armadas, todo hemos hecho, pero es imposible”, aseveró.
Las consecuencias de la medida
Este incremento lógicamente llevará el aumento de otros precios, como por ejemplo, según García Linera, el costo del transporte público crecerá del 20% al 23%, entre un 15 y 18% aumentará el de los alimentos.
Sin embargo el Ejecutivo prometió subir los salarios de los empleados públicos para compensar el impacto de esta subida. "Preferimos gastar la plata que vamos ahorrar de la subvención para el incremento salarial de los trabajadores".
El ahorro de la subida de los precios de combustible permitirá también a beneficiar de manera inmediata alrededor de 20 nuevos millones de dólares de lo que ya estaba presupuestado a las universidades públicas del país. Además se congelarán las tarifas de los servicios básicos, como el agua potable y la electricidad.
La noticia provocó las más duras críticas de parte del sindicato de transporte boliviano, que inmediatamente organizó una huelga. A su vez los dirigentes opositores calificaron la medida como un "gasolinazo brutal" o una "cirugía sin anestesia". Pasado poco tiempo de conocer la noticia miles de bolivianos hicieron largas filas en las gasolineras, sin embargo las últimas ya ha comenzado a cobrar el nuevo precio de los combustibles.