Una tormenta de nieve paralizó el miércoles el tráfico moscovita

El miércoles Moscú sufrió el azote de una gran nevada con fuertes ráfagas de viento que provocó tremendos atascos en las carreteras de la capital rusa.

Los atascos superaron los 3.200 kilómetros, una longitud que supera la distancia entre Moscú y Barcelona. Desde las 4 de la mañana las máquinas quitanieve están a las principales vías de la ciudad para combatir la nevada rociando el suelo con sustancias químicas que derriten la nieve.

Las ráfagas de viento alcanzaron los 18 metros por segundo causando molestias a los transeúntes que también corrían el riesgo de sufrir un accidente a causa del suelo resbaladizo o la caída de ramas de árbol cubiertas de hielo.

Las autoridades de Moscú llamaron a los conductores a ser muy cautelosos a la hora de ponerse al volante, e igualmente recomendaron no usar los automóviles dadas las complicadas condiciones meteorológicas. Asimismo pidieron que no se estacionaran vehículos en lugares donde pudieran ostaculizar el paso de las máquinas quitanieve.

Algunos conductores contaron que por los atascos y la intemperie tardaron alrededor de 5 horas en llegar a casa.

Los expertos señalan que las nevadas que se registran últimamente en Moscú provienen de los ciclones del Mar Negro y de las masas de aire helado de la península de Cola. Por la noche la situación en las carreteras capitalinas mejoró pero, según los pronósticos, la nevada continuará durante el próximo día.