Morir en Venecia, nuevo negocio lucrativo
En Italia se acalora el debate sobre la muerte en Venecia. No se trata del libro, sino de una nueva iniciativa de las autoridades de la ciudad que creen que todos los que lo deseen deberían tener el derecho a ser enterrados en esta localidad. Pero el servicio no será gratis. Anteriormente, sólo algunos escogidos tenían esa suerte.
En Venecia son muy conscientes de que el turista necesita la plaza de San Marcos con las palomas y la góndola. Una gira por los estrechos canales basta para que todos quieran volver, según las encuestas. Pero resulta que también hay otros atractivos, por ejemplo, quedarse allí para siempre. Cada año, el Ayuntamiento de Venecia recibía cientos de demandas para ser enterrado en Venecia, pero la suerte les tocaba sólo a los habitantes del lugar y a los extranjeros famosos.
En la isla de San Michele se ubica la tumba del poeta ruso-estadounidense Joseph Brodsky, que era muy aficionado a Venecia, allí fueron sepultados el fundador de los ballets rusos, Sergéi Diágilev, y el compositor Ígor Stravinsky.
Desde enero tal derecho es para todos, pero solo por una suma de dinero determinada. La ciudad va a permitir llevar hasta allí las urnas con las cenizas de los muertos y dispersarlas en el mar. Los detalles de este delicado procedimiento que no le gusta al Vaticano todavía están en fase de consideración.
"Por supuesto, amamos a nuestro golfo, pero los venecianos todavía prefieren los funerales clásicos. La nueva propuesta representaría mayor interés para los extranjeros. Formar parte de Venecia para siempre, aun así, en el mar, es prestigioso", dijo Riccardo Seccarello, director de la agencia ritual veneciana Veritas.
"Aquí se casan y ahora aquí van a morir. Quizás con el tiempo la gente llegue para dar a luz. Nacer en Venecia es magnífico. En Venecia habrá más ciudadanos", explica Gianfranco Bettin, vicealcalde de Venecia.
El nuevo servicio -la muerte en Venecia- queda por aprobar por el Concejo Municipal y el Vaticano. Los opositores a la propuesta consideran que la idea de convertir el golfo en un 'mar de muertos' no es buena.