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Departamento de Estado protege a fuentes citadas en WikiLeaks

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El Departamento de Estado de EE. UU. advirtió sobre posibles amenazas de seguridad a cientos de activistas de derechos humanos, representantes de Gobiernos extranjeros y empresarios, cuyos nombres figuran en los cables diplomáticos revelados por el portal WikiLeaks. Para protegerlos, el Gobierno
Departamento de Estado protege a fuentes citadas en WikiLeaks

El Departamento de Estado de EE. UU. advirtió sobre posibles amenazas de seguridad a cientos de activistas de derechos humanos, representantes de Gobiernos extranjeros y empresarios, cuyos nombres figuran en los cables diplomáticos revelados por el portal WikiLeaks. Para protegerlos, el Gobierno estadounidense se embarcó en un costoso operativo y ya trasladó a unos cuantos informadores a refugios temporales.

Según señala el New York Times, un equipo especial de 30 personas está a cargo de llevar a cabo la operación en distintas embajadas desde Afganistán a Zimbabue. La administración de Obama considera que las filtraciones de WikiLeaks perjudican los intereses nacionales de Estados Unidos al identificar a extranjeros que poseen valiosa información.

Por el momento los funcionarios del Departamento de Estado aseguraron no estar al tanto de que alguna de las fuentes haya sido atacada o amenazada como consecuencia directa de las 2.700 filtraciones divulgadas por el portal. Sin embargo, advierte de que muchos de los informadores se encuentran bajo acoso de sus Gobiernos.

Los oficiales rechazaron dar detalles sobre las personas que podrían encontrarse en mayor peligro, pero confirmaron que algunas de ellas ya habían sido trasladadas a lugares seguros, ya sea en sus países de origen o en el extranjero.

Lo que más temor le da al Gobierno de Estados Unidos no es el material ya publicado, sino que el 99% de los 241.287 cables en poder de WikiLeaks que todavía no han sido sacados a la luz. Según ellos, será muy difícil garantizar la seguridad de las personas que aparezcan mencionadas. El secretario de Estado asistente para democracia, Michael H. Posner, afirmó que la administración “se siente responsable para hacer todo lo posible para proteger a esas personas”. "Lo estamos tomando muy en serio", agregó.

Si bien los oficiales señalaron que no tenían constancia de los abusos a los informadores, algunas consecuencias de las filtraciones se hicieron visibles. El caso más notorio es el del embajador estadounidense en Libia, Gene A. Cretz, que fue destituido de su cargo el mes pasado después de que su nombre apareciera en un documento especial que describe el comportamiento peculiar del líder libio Muammar Gaddafi.

Mientras tanto, algunas organizaciones de derechos humanos ya expresaron su molestia por el hecho de que a partir de ahora los contactos entre activistas de derechos humanos y diplomáticos se verán enfriados. Aseguran que las filtraciones de WikiLeaks no hacen más que dificultar la sinceridad ya que los futuros testigos o víctimas de abusos no van a querer confiar en extranjeros dispuestos a ayudarlos por miedo a que su información se haga pública.

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