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Ascienden a más de 760 las víctimas de la tragedia en Brasil

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Las autoridades de Brasil, donde la cifra de víctimas fatales por los temporales ya supera las 760 personas, esperan encontrar cientos de cuerpos enterrados bajo el lodo y los escombros. Mientras tanto, el Gobierno de Dilma Rousseff reforma con urgencia el Sistema Nacional de Defensa Civil.

Las autoridades de Brasil, donde la cifra de víctimas fatales por los temporales ya supera las 760 personas, esperan encontrar cientos de cuerpos enterrados bajo el lodo y los escombros. Mientras tanto, el Gobierno de Dilma Rousseff reforma con urgencia el Sistema Nacional de Defensa Civil.

La semana pasada en Brasil perecieron 763 personas a consecuencia de los deslizamientos del suelo y las inundaciones, según información de las autoridades brasileñas. La Secretaría de Salud estatal informó de que los municipios más afectados son Nova Friburgo, con 367 muertes registradas, y la vecina Teresópolis, con 309.

Además, el número de desaparecidos en los aludes de barro supera los 400, aunque es una cifra que se modifica constantemente cuando se hallan nuevos cadáveres o se descubre a alguna persona con vida. La Procuraduría de Río de Janeiro está haciendo una lista de los desaparecidos tras el diluvio que provocó varios aludes en poblaciones de montaña.

En la serranía trabajan unos 500 bomberos removiendo los destrozos para rescatar a los cariocas. En el lugar también se encuentran 800 efectivos de las Fuerzas Armadas y servicios vinculados a ellas que se encargan de los hospitales de campaña y de los salvamentos aéreos. Sin embargo, la anulación de caminos y puentes impide llegar a las zonas afectadas con maquinaria pesada.

"Han ocurrido dos cosas al mismo tiempo: los deslizamientos que empujan las casas ladera abajo, hasta el río, y su crecida que arrastra luego esa casa. Eso involucra una área gigante de trabajo", explicó el jefe de Defensa Civil, el coronel Luis Guilherme Dos Santos.

En total 6.050 personas han perdido sus casas y otras 7.780 han tenido que abandonarlas porque estaban en riesgo. Permanecen en albergues improvisados o son acogidos por amigos y parientes. En la ciudad de São Paulo varios barrios se inundaron y hay una alerta por caída de granizo. Además, han tenido que cerrar el aeropuerto de Congonhas, el segundo más grande de Brasil.

Los países vecinos prestan toda la ayuda posible a la nación brasileña. Así, el Gobierno de Ecuador está enviando ayer y hoy 36 toneladas de ayuda humanitaria para las familias brasileñas damnificadas por los temporales. La ayuda consiste en miles de paquetes de alimentos, de higiene y de limpieza, así como 3.000 litros de agua.

El presidente mexicano, Felipe Calderón, se ofreció también a prestar la ayuda necesaria y llamó a su homóloga brasileña, Dilma Rousseff, a la cooperación internacional para hacer frente a los desastres naturales, "sobre todo en el marco del calentamiento global".

La ayuda humanitaria será enviada hasta Río de Janeiro por la empresa internacional de transporte DHL a través de un programa de apoyo en momentos de desastre denominado 'Go-Help'. La empresa ha logrado conseguir "de manera urgente (...) aviones cargueros y fletes que, de otra manera, no estarían disponibles para esta fecha", según un comunicado de DHL.

Aún así, el Gobierno de Brasil informó de que reforma con urgencia el Sistema Nacional de Defensa Civil (SINDEC). Se planea finalizar la costosa reforma en cuatro años.

Este temporal de lluvias en Brasil es el desastre natural más grave desde las inundaciones de hace 40 años, que dejaron 785 muertos.

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