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La tragedia de Domodédovo saca el lado más humano de la gente

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La terrible tragedia sucedida en el aeropuerto internacional Domodédovo de Moscú, no ha dejado indiferente a nadie. Al enterarse de lo sucedido, numerosos conductores voluntarios llegaron a la terminal para trasladar a los heridos hacia los hospitales, y el flujo de donantes de sangre aumenta cad

La terrible tragedia sucedida en el aeropuerto internacional Domodédovo de Moscú, no ha dejado indiferente a nadie. Al enterarse de lo sucedido, numerosos conductores voluntarios llegaron a la terminal para trasladar a los heridos hacia los hospitales, y el flujo de donantes de sangre aumenta cada hora.

A pesar del horror tras el atentado, la solidaridad reinó desde las primeras horas. Apenas transcurrido el ataque, Daría Eliseyéva, una joven moscovita, sintió que era su deber y comenzó rápidamente a responder los mensajes que recibía por medio de Twitter, ofreciendo su propio automóvil para transportar a las personas y heridos que no podían trasladarse hasta el hospital más cercano, o hasta el centro de la ciudad.

Esta joven al enterarse que los taxistas habían elevado los precios, hasta tarifas impagables por las personas que querían llegar hasta el centro capitalino, no dudó un segundo en tomar su carro e ir a socorrerlos.

Además, muchas personas llegaron hasta el aeropuerto internacional, no sólo para ayudar trasladando a las personas. Algunos llevaron comida, bebidas y ofrecieron alojamiento a quienes no lo tuvieran, en la espera para abordar nuevamente sus vuelos.

“Éramos más de quince personas tratando de ayudar, trasladando personas. Yo alcancé a ir a Domodédovo dos veces. Esta es una gran tragedia para nosotros como moscovitas. No dudé en ayudar, este atentado provoca un dolor muy grande”, comentó Daria a RT.

Tras un lunes negro en Domodédovo los controles se han endurecido y el lugar de la tragedia se llena de flores, claveles y crisantemos depositados por los mismos moscovitas en honor a los fallecidos y heridos.

Un sentimiento de consternación recorre los pasillos del aeropuerto. El 26 de enero ha sido declarado día de luto oficial, tanto en Moscú como en su provincia. El sentimiento de duelo se extiende no sólo en todo el país, sino que también en diferentes partes del mundo, donde se ha expresado repudio a la acción violenta acaecida en la concurrida terminal aérea internacional.

Las víctimas del atentado eran lo más importante, el que la cifra de muertos no aumentara dependía de la rapidez con se tomaran las decisiones, de la premura con la que se trasladó a los lesionados fue crucial.

Familiares y amigos buscaban incasablemente a sus seres queridos. El hermano y cuñada de Vladímir Zezin se encontraban en Domodédovo cuando sobrevino el atentado, quienes tras lograr salir con vida pudieron llamarlo y localizarlo.

“Al principio no podía creer que algo así había ocurrido a mi hermano y a su mujer. Siempre uno piensa que estas cosas suceden con alguien más. Pero después de hablar con él por teléfono me dio la sensación que todo saldría bien, hablaba con voz tranquila y firme a pesar de los traumas. Gracias a Dios que quedaron vivos”, comenta Vladímir.

El presidente Dmitri Medvédev, a poco tiempo de transcurrido el atentado, señaló que se debían extremar las medidas para ayudar en todo lo que fuera necesario a los afectados.  Más de una docena de hospitales recibieron a los heridos poniendo prioridad según el estado de los pacientes, alrededor de 30 personas fueron operadas, y muchas aun se encuentran en situación crítica.

Los centros asistenciales designados funcionaron toda la noche a pleno rendimiento, todos los médicos y cirujanos de los distintos planteles hospitalarios fueron llamados como medida especial de emergencia, y se abrieron varios puestos para las personas que quisieran donar sangre pudieran hacerlo. Incluso en diferentes redes sociales se solicitó la cooperación de voluntarios, los que respondieron positivamente.

“Lo conocí ayer y me di cuenta que rara vez había ayudado a gente desconocida, y entendí que es momento de dar algo a la gente que resultó ser afectada por este horrible atentado, por eso estoy aquí para donar sangre”, dice un joven que acudió a donar sangre.

Un atentado terrorista que deja de luto a una nación completa; una verdadera tragedia, que hoy encuentra consuelo en las manifestaciones solidarias y generosas demostradas por los moscovitas en ese momento crítico.

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