Varios legisladores rusos han calificado de declaración "irresponsable", "farsa" o "una señal de callejón sin salida" la intervención que este fin de semana realizó la representante permanente de EE.UU. ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, cuando amenazó con que su país destruiría Corea del Norte "si continúa con su conducta temeraria".
Alexéi Pushkov, integrante del Consejo de la Federación del Parlamento de Rusia, señaló en su cuenta de Twitter que "la histeria de Haley" y la opción de iniciar un conflicto bélico contra Pionyang "sin comprender las consecuencias" son "una señal del callejón sin salida en el que ha entrado EE.UU." y se preguntó: "¿Han pensado en el precio de esa guerra?".
A su vez, el senador ruso Frants Klintsévich estimó que las declaraciones de la diplomática estadounidense eran "una farsa" porque la inteligencia de EE.UU. "funciona bien" y sabe que Corea del Norte no tiene armas que puedan dañar a ese país.
Sin embargo, este político destacó que, si Washington "continúa provocando" a Pionyang, "puede crear problemas muy serios", porque esa forma "inaceptable" de construir relaciones internacionales permite que los norcoreanos "violen las leyes internacionales sobre la no proliferación de armas nucleares en un intento de protegerse".
El jefe del Comité de Defensa de la Duma Estatal, Vladímir Shamánov, ha tachado las amenazas de Haley de "un grito del alma" y "una declaración irresponsable" de un país que se cree "el líder de la comunidad mundial".
Shamánov ha explicado que EE.UU. tiene la posibilidad de destruir Corea del Norte pero, para ello, necesitaría un consentimiento de la comunidad internacional, que nunca aceptará un escenario que suponga la destrucción del país asiático.
Evgueni Serébrennikov, otro senador ruso, hizo hincapié en las contradicciones entre las posiciones de la embajadora de EE.UU. ante la ONU y el secretario de Estado de ese país, Rex Tillerson, quien declaró anteriormente que Washington no busca derrocar al liderazgo de Pionyang y solo aboga por ejercer mayor presión.
"El hecho de que aparezcan declaraciones mutuamente excluyentes de los representantes de la Administración de la Casa Blanca demuestra que no hay una línea de conducta cómun en la política exterior" de EE.UU. y, por tanto, "la situación sigue siendo alarmante y difícil de predecir", declaró Serébrennikov.