¿Cómo conviven cristianos, judíos y musulmanes en América Latina y el Caribe?
Este 30 de octubre se declaró Latinoamérica y el Caribe como "zona de convivencia interreligiosa" en la provincia de Córdoba (Argentina) durante un acto al que acudieron representantes regionales del cristianismo, el judaísmo y el islam, además de funcionarios del Gobierno argentino.
"Es un gran logro: si los líderes religiosos tienen la voluntad de caminar amistosamente, podrá hacerse mucho", se enorgullece el padre Efrén Velázquez, secretario ejecutivo del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), quien destaca que este acuerdo es "el inicio de un gran camino en América Latina" y sostiene que puede servir de "testimonio" para aquellas zonas donde tienen lugar "conflictos religiosos con enfrentamientos".
Por otro lado, Velázquez recuerda que también existen disputas y ataques entre cristianos "de distinta denominación", admite que "en muchas regiones no hemos logrado el respeto a la libertad religiosa" y, sin entrar en detalles, menciona que a Perú le queda "un camino muy importante" por recorrer.
"Más iguales que distintos"
Por su parte, el director ejecutivo del Congreso Judío Latinoamericano, Claudio Epelman, resalta que esta declaración "ayuda a blindar la región para que no importe conflictos de otras partes del mundo" y, aunque advierte que no hay "soluciones milagrosas", confía en que se "exporte el mensaje de que la convivencia interreligiosa es posible". Al respecto, subraya que la experiencia argentina es "un ejemplo que sorprende en otras latitudes" y remarca: "Tenemos la premisa de no sentarnos a esperar".
Finalmente, Muhammad Said Rumié, miembro de la Organización Islámica para América Latina y el Caribe, opina que resulta "novedoso y sumamente importante que este convenio entre distintas instituciones se replique en toda la región", debido a que "somos más iguales que distintos".
"En Argentina no existen comunidades aisladas"
El secretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Nación, Claudio Avruj, expresa que en Argentina "podemos considerarnos afortunados, ya que las culturas originarias ancestrales y las diferentes colectividades que vinieron a forjarse un futuro en estas tierras" se interrelacionaron "sin formar guetos" y se sintieron protagonistas fundamentales del "mosaico de identidades" que caracteriza a ese país.
Por este motivo, sostiene que en el territorio argentino "no existen comunidades aisladas y cerradas, disociadas del resto", gracias a que sus habitantes supieron "sembrar la semilla de la concordancia, el respeto mutuo y el diálogo interreligioso" para garantizar la "convivencia pacífica en sociedad".
Para finalizar, Avruj aclara que "luchar contra la discriminación y la xenofobia" todavía presentes en la nación sudamericana forma "parte esencial de la política de Gobierno" de Argentina, que implementa "programas para concientizar sobre la importancia de la inclusión y el respeto de todos los colectivos que componen" la sociedad de ese país.
Un Estado católico apostólico romano
El 'Annuarium Statisticum Ecclesiae 2015', una estadística del Vaticano publicada este año, expone que Argentina es el décimo país con más católicos bautizados del mundo: 40,8 millones de personas. Diversas fuentes extraoficiales indican que cuenta con 44 millones de habitantes, aunque el censo oficial de 2010 estimó 40 millones.
Este fenómeno religioso no es único en la región. Un informe del Centro de Investigación Pew reflejó que Latinoamérica y el Caribe poseían el mayor porcentaje mundial de católicos (un 39 %, 425,49 millones) en 2010, mientras que el 24 % (257,16 millones) se encontraban en Europa. Un siglo antes, los porcentajes y las cantidades eran muy diferentes: 24 % (70,65 millones) y 65 % (188,96 millones), respectivamente.
En 2008, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (Conicet) señaló que el 76,5 % de los ciudadanos eran católicos, el 9 % evangelistas, el 1,2 % testigos de Jehová, el 0,9 % mormones, el 1,2 % profesaban otras religiones y el 11,3 % manifestaban no tener ninguna religión. Dos años después, un sondeo de Poliarquía apuntó que un 1 % de los argentinos era judío y otro 1 % adventista, con un 9 % de ateos o agnósticos.
Aunque es frecuente referirse a Argentina como un Estado secularizado, el segundo artículo de su Constitución —reformada en 1994— establece: "El Gobierno federal sostiene el culto católico apostólico romano". La importancia de este texto es trascendental, ya que en 2010 solo el 12 % de la población argentina aprobaba la asistencia económica estatal a la Iglesia católica, el 41 % opinaba que se debería abastecer a todas las religiones por igual y el 42 % no quería que se entreguen fondos públicos a ninguna, según las estadísticas de la consultora privada.
¿Llegó la hora de tener un Estado laico de verdad?
Leandro Lutzky