Matar a Assange por el bien de la seguridad mundial
La paciencia de los políticos norteamericanos y canadienses alcanzó su punto crítico con respecto a Julian Assange, el fundador de WikiLeaks, sitio web dedicado a revelar documentos secretos de interés público procedentes de estados, insituciones y empresas.
Thomas Flanagan, asesor del primer ministro canadiense y profesor universitario, no duda que el presidente norteamericano, Barack Obama, debe fijar una recompensa por el asesinato de Assange o usar un avión no tripulado para acabar con la vida del hombre que en los últimos meses se ha convertido en una pesadilla para los líderes de diferentes países.
El presentador del programa en el que Flanagan hizo semejante declaración le dio la oportunidad de suavizar sus palabras, pero el canadiense mantuvo su postura explicando que estaba verdaderamente molesto con los fundadores del controvertido portal que han sacado miles de documentos secretos comprometidos a la luz pública.
Thomas Flanagan no es el único indignado por la actividad de Julian Assange. El pasado martes el ex candidato a la nominación republicana para la Presidencia de EE. UU. en 2008 Mike Huckabe declaró que "por el daño causado a años de trabajo de la diplomacia estadounidense y por poner en peligro las vidas de muchos funcionarios, una pena menor a la capital sería demasiado ligera" considerando que Assange tiene las manos "manchadas de sangre".
El presentador de televisión de la cadena conservadora Fox William O´Reilly también espera la ejecución de los fundadores de WikiLeaks, mientras que la ex gobernadora de Alaska Sarah Palin se pregunta por qué no se persigue a Assange "con la misma urgencia con la que perseguimos a Al Qaeda y a los líderes talibanes".
Por su parte, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, considera la labor de WikiLeaks como un ataque a la comunidad internacional y a EE. UU.
Actualmente Julian Assange está bajo orden de búsqueda por la INTERPOL y tiene una “notificación roja” (urgente) para ser procesado por presuntos delitos sexuales en Suecia.