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Un exdictador de Brasil autorizó torturas y ejecuciones de opositores, según un informe de la CIA
Un informe de la CIA ha reabierto un amargo debate sobre uno de los capítulos más oscuros de la historia brasileña contemporánea.
El general Ernesto Geisel, penúltimo presidente de la dictadura militar que gobernó Brasil entre 1974 y 1979, aprobó personalmente la ejecución de ciudadanos sospechosos de ser enemigos de su régimen, reveló un memorando de la CIA recientemente descubierto.
El documento, revelado por Matias Spektor, un académico afincado en São Paulo, fue enviado al entonces secretario de Estado, Henry Kissinger, por el director de la CIA, William Colby, el 11 de abril de 1974 y detalla una reunión que había tenido lugar unos días antes entre Geisel y tres generales brasileños.
Se deben seguir empleando métodos extralegales contra subversivos peligrosos
"Este es el documento más perturbador que he leído en 20 años de investigación", escribió el profesor en su página de Twitter.
Uno de esos generales, Milton Tavares de Souza, dijo a Geisel que el régimen no podía "ignorar la amenaza subversiva y terrorista" que enfrentaba. "Se deben seguir empleando métodos extralegales contra subversivos peligrosos", dijo Tavares de Souza, quien también comunicó que 104 de esos "subversivos" fueron ejecutados sumariamente por la inteligencia militar en el año anterior, una política que un segundo general insistió en que continuara.
En respuesta, el dictador señaló que esos homicidios podrían ser "potencialmente perjudiciales" y pidió unos días para estudiar si esas tácticas eran apropiadas. La semana siguiente, el presidente de Brasil emitió su conclusión: "La política debe continuar, pero se debe tener mucho cuidado para asegurarse de que solo se ejecuten subversivos peligrosos".
La revelación provocó cierto rechazo en Brasil, donde Geisel es recordado como uno de los líderes más benignos de la dictadura militar brasileña entre los años 1964 y 1985. Un comentarista político brasileño, Ricardo Noblat, considera que el memorando de la CIA "deja en claro que Geisel hizo mucho más que simplemente tolerar los crímenes cometidos por sus colegas uniformados. Lo sabía y autorizó muchos de ellos".
En opinión del historiador Juan José Salinas, el Gobierno de Brasil no quiere revelar la información sobre los años de la dictadura porque sepultar el pasado es la única manera de poderlo repetir.
En 2014, un informe de la Comisión Nacional de la Verdad de Brasil reveló que durante la época de los regímenes militares ocurrieron al menos 191 asesinatos y 210 desapariciones.
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