'Migrantes' fue una de las palabras más mencionadas en el segundo debate hacia la Presidencia de México. Los cuatro hombres que hoy aspiran a esta posición se reunieron con un innovador formato, al permitir seis preguntas del público, así como una cierta interacción entre ellos.
Así, Ricardo Anaya, de la coalición Por México al Frente; Andrés Manuel López Obrador, de la alianza Juntos Haremos Historia; José Antonio Meade, de Todos por México, y el único independiente, Jaime Rodríguez 'El Bronco', abordarían supuestamente temas de migración, relaciones internacionales y el rol de México en el mundo. Pero las polémicas más bien se centraron en cómo responderían al presidente Donald Trump, las relaciones comerciales con EE.UU. y, principalmente, el tema de las personas migrantes.
Con gran insistencia de los moderadores fueron cuestionados sobre cómo se apoyaría a los migrantes, pero ni en las preguntas ni en las respuestas se destacó la amplia desigualdad y mayores riesgos que enfrentan las mujeres migrantes, aunque sean casi la mitad de la población que toma la decisión de dejar su país de origen en busca de trabajo, oportunidades o de reunirse con su familia.
Habiendo abandonado la carrera presidencial Margarita Zavala, no queda ninguna mujer compitiendo por el cargo, situación que la moderadora del debate, la periodista Yuriria Sierra, reiteró numerosas veces porque había preparado una pregunta especialmente para ella, por ser mujer: "Esta pregunta era para Margarita Zavala, una mujer, pero ya que no está se la haré a usted, Jaime Rodríguez". La pregunta era cuáles serían sus propuestas para abordar 'la Triple T': trata, tráfico de drogas y (crimen) transnacional. Son medio millón de personas que han sido víctimas de este terrible delito, y el 97 por ciento de ellas, son mujeres”.
Hay que destacar que, la única pregunta sobre mujeres, era para la mujer. Esto es importante porque refuerza la noción de que los temas de víctimas mujeres son para ellas, en lugar de entender lo que representa un problema nacional en un país que se ha catalogado como de origen, tránsito y destino de este delito.
El 'Bronco', que ha destacado por sus posturas misóginas, dijo que "Nuevo León es el único estado del país que ha hecho operativos encubiertos para combatir la trata de personas. Creo que eso hay que hacerlo en el país". La respuesta no sólo es falsa –otros estados han hecho ese tipo de operativo también, según confirmó verificado.mx– sino que sólo hubo uno en el que se detuvo a tres hombres durante su gestión. Cuantificar delitos parece más relevante cuando también propuso hacer un "inventario de los que consumen drogas".
No se habló ni de acompañamiento, ni de sensibilización social, ni de prevención, ni de cómo abordar este delito desde una perspectiva de derechos humanos para salvaguardar a las mujeres, niños y niñas que lo padecen.
De igual forma, durante el debate se abordó ampliamente el tema migratorio, pero siempre desde una noción genérica –"los migrantes"– y nunca se concibió que el sexo y la identidad de género pueda suponer riesgos de violencias particulares que sufren las mujeres migrantes o, igual de importante, la vulnerable situación en la que quedan las mujeres cuando sus parejas emigran. Nunca lo mencionaron pero las mujeres migrantes que cruzan México son víctimas de violaciones, son forzadas a prostituirse, pueden desaparecer e incluso pueden serles robados sus hijos. Son situaciones que se conocen, pero se hablan poco. Mucho menos se abordan en un debate sobre el futuro del país.
Una barrera que enfrentan las mujeres migrantes es el desconocimiento que tienen de sus derechos, otra es cuando su permanencia legal está condicionada por el apoyo económico que reciben de su pareja o las amenazas sobre sus familiares que han dejado en sus países.
La dependencia económica facilita la vulnerabilidad de las extranjeras, muchas de ellas con hijos mexicanos por nacimiento, y las hace susceptibles de sufrir violencia doméstica. No se atreven a denunciar el maltrato, pues viven bajo la amenaza de su agresor –generalmente con quien habitan o han tenido alguna relación– de denunciarlas ante las autoridades migratorias o privarlas del contacto con sus hijos en caso de que manifiesten ser o haber sido víctimas de golpes, insultos o presión psicológica.
Un estudio pionero en el tema es el de 'Violencia y mujeres migrantes en México', realizado con 65 mujeres de Centro y Sudamérica por Sin Fronteras, que reporta algunas de las características de este tipo de violencia, sus rasgos y consecuencias. En él se concluye que es un factor de peso en su vida cotidiana, ejercida mayoritariamente por la pareja o cónyuge, y que se suma a la tensión que viven por su situación de irregularidad en el país.
Sin embargo, nada de esto fue tema para los candidatos. Nunca se habló de las mujeres migrantes, nunca se tocó el tema de la violencia, nunca de entendió que existe una vulnerabilidad particular a las mujeres –sobre todo cuando son madres– y que requiere una atención especial, integral y de política pública con sensibilidad de género.
Pero no. Para los cuatro hombres que buscan gobernar México, las mujeres y sus temas pueden seguir esperando.
@magdacoss
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