Un mal pronóstico para la economía de EE. UU. infla los precios del oro y de la plata
Los contratos de oro para entrega en junio han alcanzado el récord histórico de 1498,6 dólares por onza, así como los contaros de plata para entrega en mayo, que aumentaron un 0,9% hasta los 42,956 dólares por onza en el contexto de la bajada de la perspectiva de la calificación de la deuda de EE. UU. por la agencia Standard & Poor's.
El coste del oro para entrega inmediata en Londres subió un 0,8% hasta los 1497,9 dólares por onza, un aumento de unos 15 dólares.
Durante 2010 el metal noble subió de precio un 30%. El crecimiento en el valor del oro se registró por décimo año consecutivo y se convirtió en el más largo periodo de aumento del costo por lo menos desde 1920.
En los últimos años el salto de los precios del oro, que se percibe como una alternativa más fiable a las monedas volátiles y a las acciones de las empresas sujetas a las fluctuaciones, estuvo motivada por la crisis financiera mundial de 2008.
En 2010 los costos estuvieron además apuntalados por la crisis de la deuda en Europa.
Ahora otro factor —la bajada de la perspectiva de la calificación de la deuda de EE. UU. por la agencia Standard & Poor's— se convierte en un eslabón fundamental en el desarrollo de los mercados mundiales al ejercer una influencia desestabilizadora y originar incertidumbre.
La decisión sin precedentes de la agencia Standard & Poor's de rebajar a "negativa" la perspectiva de la calificación de la deuda de EE. UU. causó asombro en el país y llega después de que el FMI alertara de peligros en ese sentido.
Los expertos afirman que la medida de S&P es una gran señal a otros países que tienen una deuda externa considerable y una sirena de alarma para los países poseedores de las obligaciones del Gobierno de EE. UU. Además, la situación se ve agravada a la luz del impago inminente de Grecia.
Al mismo tiempo los analistas opinan que la bajada de la calificación podría convertirse en una forma muy elegante y menos dolorosa de la salida de la crisis, que permitiría matar dos pájaros de un tiro. La reducción del costo de la deuda ayudaría a recomprar esta misma deuda y el dólar decreciente contribuiría al crecimiento económico.
El 16 de mayo EE. UU. podría alcanzar el límite de endeudamiento y perder la oportunidad de recaudar fondos para financiar el gasto público si el Congreso no toma las medidas necesarias, lo que a su vez conduciría a una nueva crisis económica.