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Arrancando sonrisas en medio de la desolación y la muerte

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En abril del año 1986, el circo ambulante de Rostóv, encabezado por Ludmila Yanpolskaya, fue la única atracción brillante en la vida tenue de la ciudad de Chérnobyl.
Arrancando sonrisas en medio de la desolación y la muerte

En abril del año 1986, el circo ambulante de Rostóv, encabezado por Ludmila Yanpolskaya, fue la única atracción brillante en la vida tenue de la ciudad de Chérnobyl.

El 26 de abril de 1986, el día del accidente de la central nuclear, el circo ambulante llegó a la ciudad. Durante ocho meses precisamente ellos, los payasos y acróbatas del circo, animaron a los residentes de la 'zona de exclusión'. ¿Podrían los artistas del circo imaginar que en los siguientes diez años de los 54 artistas quedarían vivos solo 8?

Los payasos, animales y acróbatas hacían su trabajo, y el público estaba feliz de que la cúpula multicolor ocultara un cielo negro.

Ludmila Yanpolskaya, en un tiempo una adiestradora y gimnasta muy famosa, ahora es una mujer que se mueve con dificultad y tiene poco cabello, aunque todavía no tiene 60 años. Fue testigo de cómo según pasaba el tiempo morían sus colegas, incluso dos maridos. Además fallecieron los animales que amaestró con tanto cariño.

"Cuando nuestro tren llegó a la estación ya la calle estaba oscura, el cielo se nubló por una nube negra. Por supuesto, lo vimos desde la ventana del tren, pero decidimos que era una tormenta. No sabíamos nada acerca de la central nuclear... Desgraciadamente, no hubo ninguna restricción a la entrada a la ciudad. Entonces empezamos a descargar nuestros vagones", recuerda la gimnasta.

El primer día después del accidente la gente invadió la sala del circo, llegaron para ver el estreno. Los adultos sentían la amenaza y estaban un poco intranquilos, mientras los niños estaban despreocupados.

"Los síntomas de la enfermedad por radiación aparecieron poco después, pero pensamos que esto era resultado de un trabajo tenso. Nos dolía la cabeza, las articulaciones, muy a menudo teníamos ganas de vomitar... Mis monos Rica, Chickie y Tommy hacían juegos acrobáticos en bicicletas, mientras yo sentía el sudor. A veces nuestros espectadores necesitaban ayuda médica, por eso cerca del circo siempre se encontraba un coche de ambulancia", dice Ludmila.

Durante los ocho meses que estuvo de gira artística en Chernóbyl, el circo ambulante trabajó concienzudamente para finalmente enviar al 'último viaje' a casi todos los seres vivos del grupo artístico. Los artistas murieron uno tras otro en poco tiempo...

"De 54 de trabajadores del circo solo quedaron con vida ocho personas. El cáncer convirtió a los acróbatas sanos en personas condenadas a la muerte. La mayoría de ellos aún no tenían ni cuarenta años... El payaso Bobo, que llevaba guantes rojos con las palabras 'Adiós, chicos', se fue del escenario y nunca volvió… Algunos artistas dieron a luz niños con defectos", recuerda Yanpolskaya.

Esta mujer perdió trágicamentea todos sus animales. El tigre Sher Khan fue despedido después de caerse de un pedestal durante un ensayo como resultado de una parálisis. Los monos Rica, Chickie y Tommy murieron uno tras otro. Todos los animales tenían problemas graves en los órganos internos, y ella no pudo abandonar a ninguno. Estuvo hasta el último momento con ellos...

"Es muy difícil ver cómo poco a poco pierden la vida tus amigos, colegas, los seres que quieres tanto. En más de quince años no he sido capaz de cruzar el umbral de un circo…", añade Ludmila Yanpolskaya.

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