"El imaginario social todavía no permite una representación acabada de una mujer en el rabinato"
Según confiesa a RT Silvina Chemen, dedicó la mayor parte de su vida a estar en la sinagoga, desarrollando así su vocación. "La gente me llamaba rabina sin título", asegura. Una vez sus hijos se hicieron adultos decidió obtener un título oficial "que legitimara" lo que ella "venía haciendo desde muy chica".
Al referirse a la igualdad de derechos en los lugares de trabajo tradicionalmente masculinos, la rabina reconoció que aquella "tiene que ver con un fuerte trabajo de las propias mujeres".
"Todo mi esfuerzo fue demostrar que uno puede ser idóneo, capaz y poderoso sin dejar de ser absolutamente femenina", sostiene. A su juicio, ello tiene sus costos debido a que a veces a los hombres les "molesta que una mujer tenga un carácter fuerte y una formación amplia".
Al comentar la cuestión de los derechos humanos, Chemen indicó: "mis herencias culturales me dicen que donde yo habito tengo que pelear por los derechos de todos". Respecto a la representación de este tema en Argentina, la rabina señala que tiene la fuerte convicción "de que este país sabe generar desde la base la lucha por la igualdad o ampliación de derechos".