El tercer paseo 'marciano' pone a prueba las capacidades humanas
Los participantes del proyecto Mars-500 (Marte-500) del vuelo simulado al Planeta Rojo, Alexánder Smoleyevski y Diego Urbina, el lunes realizan la última de las tres salidas a la 'supeficie' de Marte. Durante su caminata, los tripulantes tendrán que desprender un fragmento de 'roca' marciana con una zapa, así como hacer frente a una situación de emergencia modelada.
Los 'martenautas' empezaron el trabajo en la superficie del Planeta Rojo simulada a las 13:00, hora de Moscú. Su caminata duró cerca de una hora y media. Ésta ha sido la segunda expedición conjunta del ruso y el italiano. El primer paseo lo realizaron el 14 de febrero, terminándolo con éxito 50 minutos antes del plazo programado y luego de realizar todas las tareas previstas.
Según el programa de la caminata del 22 de febrero, Smoleyevsky y Urbina primero tuvieron que acercarse a las banderas de Rusia, China y a la Agencia Espacial Europea -instaladas anteriormente en la superficie simulada de Marte- y saludar a los habitantes de la Tierra en ruso e inglés. Después de un corto descanso, los martenautas, abastecidos con las herramientas necesarias, se dirigieron a la 'roca marciana' montada en la 'arena' del planeta, para taladrar varios agujeros, desprender unos fragmentos de piedra y colocarlos en una caja de muestras. Asimismo, los exploradores tomaron pruebas del suelo marciano.
En el camino de regreso, a los tripulantes les esperaba una situación de emergencia programada. Diego Urbina, que llevaba la bolsa con las muestras y las herramientas, tropezó con un pedrusco y cayó de lado, pero no olvidó dejar caer la bolsa con cuidado de que las muestras no se derramaran. Luego, apoyándose en su bastón de montaña, y con la ayuda de su colega ruso, se puso de pie, cogió la bolsa y la llevó a la cámara de esclusa del 'vehículo cósmico'.
Todos estos trabajos, los tripulantes los realizaron vestidos en las escafandras Orlan-E, de 32 kilos de peso, especialmente diseñadas para el experimento marciano.
Para el 23 de febrero, está programado el 'despegue' del módulo de descenso de la superficie del Planeta Rojo simulado. El acoplamiento con el complejo principal en la 'órbita' y el inicio de la cuarentena de los tripulantes que han pisado Marte, están previstos para el 24 de febrero. El 27 de febrero las escotillas se abrirán y las dos tripulaciones se reunirán.
El vuelo espacial en el marco del proyecto Mars-500 empezó el 3 de junio de 2010, cuando seis voluntarios se encerraron en un complejo que reproduce las características que tendría una nave espacial para viajar a Marte. Su finalización se prevé para el 5 de noviembre del 2011. La expedición la encabeza el ruso Alexéi Sítev, el médico de a bordo es también ruso, Sujrob Kamólov, al igual que el consmonauta investigador, Alexánder Smoleyevski. El puesto de ingeniero de a bordo lo ocupa el francés Romain Charles, mientras que el italiano de origen colombiano Diego Urbina y el chino Wang Yue trabajan como investigadores.
El objetivo principal del proyecto consiste en obtener experiencia práctica para preparar un vuelo real a Marte. Según comenta el cosmonauta ruso Serguéi Krikalióv, “el proyecto Marte-500 es un experimento sobre el comportamiento humano en el espacio cerrado en grupos pequeños. Será útil para la preparación de las próximas misiones espaciales, ya que los datos médicos obtenidos serán aplicables en varias esferas y tendrán valor práctico. Por ejemplo, resultan de interés para los investigadores del Polo, que trabajan también en grupos pequeños durante largo tiempo, o para los marineros y pescadores que están todo el tiempo juntos en un barco.”
Los experimentos que se realizan durante la expedición Mars-500 deberán ayudar, por un lado, a evaluar la influencia del aislamiento, la vida en un espacio cerrado y el estrés tanto psicológico como fisiológico de esta actividad humana y, por otro, la interacción dentro del grupo, las alteraciones del sueño, el estado de ánimo, la regulación hormonal, el sistema inmunológico, etc.
Como explica el cosmonauta ruso Guennadi Pádalka, “lo más importante en el espacio es tener un buen equilibrio psicológico. El problema más grande al que se podría enfrentar la tripulación es la compatibilidad psicológica. Es clave encontrar algo que una a todos. Si se logra, entonces cualquier vuelo será fácil”.