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Estrategias que terminaron en fracaso

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Estrategias que terminaron en fracaso

Es una vil mentira que Andrés Manuel López Obrador busque 'militarizar' la seguridad pública de México. Eso es lo que hicieron Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Busquemos otra solución.

De manera totalmente irresponsable y entreguista, los últimos dos presidentes acataron la ordenes de Washington de lanzar a los militares a las calles sin ningún respaldo jurídico. Ello convirtió a México en un baño de sangre y un paraíso para la impunidad.

La guerra de Calderón y Peña Nieto dejó más de 250.000 muertos y un expediente con más de 30.000 desaparecidos. Hubo un aumento estratosférico en las violaciones a los derechos humanos y hoy solamente un 1 % de los delitos recibe alguna sanción.

Esto es lo que explica la generalización del 'huachicoleo'. El robo de combustibles, una práctica que no solo implica un enorme robo a la nación, sino que también pone en grave peligro a la población. Como vimos con la trágica explosión en el ducto de Tlahuelilpan, que dejó docenas de muertos.

Ahora bien, a pesar del rotundo fracaso de la estrategia de los últimos dos sexenios, sería igualmente irresponsable retirar de golpe, mañana, a todos los militares que participan hoy en labores de seguridad pública. Los ciudadanos se quedarían totalmente indefensos frente a los criminales. Lo que hace falta es construir un camino hacia la paz a partir de la situación actual. Urge establecer un nuevo cuerpo civil de seguridad pública federal, profesional y efectivo capaz de proteger a la ciudadanía.

Ni la Policía Federal de Calderón ni la Gendarmería de Peña Nieto funcionaron, sino que solamente empeoraron la situación de violencia y de impunidad.

De ahí la propuesta de la Guardia Nacional, una nueva corporación civil que someterá a los militares que siguen participando temporalmente en labores de seguridad pública a un mando civil y a la Justicia ordinaria, sin protección de los tribunales militares ni responsabilidad alguna en temas políticos o sociales. Simultáneamente —y quizás esto sea lo más importante—, López Obrador propone liberar a México de la lógica de guerra contra las drogas impuesta por Washington. Se busca dejar de hacer el trabajo sucio a EE.UU. para apostarle a una nueva estrategia soberana de paz y desarrollo nacional.
Hay que decir las cosas como son: el primer interesado en desmantelar las Fuerzas Armadas de México es Donald Trump, Siempre ha sido el sueño de EE.UU. desaparecer el Ejército mexicano para encargarse directamente de la seguridad de todo el subcontinente norteamericano.

Al buscar recuperar el espíritu revolucionario y de servicio al pueblo de las Fuerzas Armadas de México y, simultáneamente, colocarlas bajo estricto mando civil, López Obrador no está dando continuidad a las estrategias fallidas de Calderón y Peña Nieto, sino justo lo contrario.

No te dejes engañar.

@JohnMAckerman

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.

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