Detienen a casi 700 pandilleros en una operación policial
El Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) de EE. UU. detuvo a casi 700 pandilleros, vinculados a bandas del tráfico de drogas en varias ciudades de EE. UU. Según el director del ICE, John Morton, se trata de un récord de personas arrestadas. Los individuos arrestados pertenecían a un total de 133 bandas diferentes.
Estas detenciones fueron parte de una gran operación, denominada "Southern Tempest" (Tempestad Sureña), que duró durante tres meses en todos los estados del país. Además de ejercer los arrestos, las fuerzas de seguridad decomisaron varias armas, drogas y dinero.
Pero a pesar de los éxitos anunciados por el Servicio de Inmigración, unos expertos creen que EE. UU. sólo contestan con violencia a violencia y no buscan los raíces del problema.
“Esta operación tiene que ver con el reciente asesinato de Jaime Zapata, oficial de inmigración estadounidense. Como consecuencia, inmediatamente hubo una operación en varias ciudades de los EE. UU. donde capturaron a varias personas conectadas con el tráfico de drogas en México”, dijo a RT Francisco Acosta, el analista del Consejo sobre Asuntos Hemisféricos.
“Obviamente, las bandas narcotraficantes en México tienen su referente en los EE. UU. Hasta ahora no hubo una operación en esta dimensión por parte del Gobierno de los EE. UU. en el país. Creo que la reciente operación es una buena medida, pero hay mucho más que hacer. A mi me parece que las autoridades solucionan el problema, respondiendo con violencia a la violencia y hay que ir a la raíz de los problemas en vez de las consecuencias”, afirmó el experto.
Según la opinión de Acosta, “las pandillas son el problema social mucho más profundo. Esto es lo que se llama un efecto colateral de lo que fue la guerra civil en Centroamérica y del apoyo que los Estados Unidos dio a los gobiernos dictatoriales de esa época. Como efecto de la guerra, muchas familias emigraron hacia los EE. UU. y no se encontraron con un ambiente de bienvenida. Los niños de esas familias se desarrollaron sin padres, fueron como abandonados y ahora se convirtieron en pandilleros”.