Alberto García-Alix, fotógrafo español
La fotografía tal como yo la conozco no tiene más futuro que 20 años. Se está convirtiendo en una cosa muy sibarita
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El fotógrafo español Alberto García-Alix: "El selfi es hedonismo tonto"
"Yo no fui un fotógrafo de la movida, fui un gran actor de la época", sonríe el fotógrafo español Alberto García-Alix, quien se hizo famoso precisamente por retratar aquel movimiento cultural madrileño. ¿Por qué casi toda su obra está en blanco y negro? ¿Qué le atrae de la fotografía analógica? ¿Por qué con los años se hace cada vez menos autorretratos? Véanlo en Entrevista, de RT.
Alberto García-Alix es uno de los fotógrafos más importantes de España. Fue ganador del Premio Nacional de Fotografía en 1999 y es considerado un referente de toda una generación. De visita en Moscú con una exposición de su obra, este amante del retrato y del blanco y negro ha compartido con RT algunos detalles de su vida y su profesión.
Después de 40 años de hacer fotos, García-Alix asegura que esta práctica le ha enseñado a "mirar". Confiesa que decidió sumergirse en el mundo de la fotografía cuando sintió la sensación de que estaba "perdiendo" su tiempo y su vida. "Decidí que tenía que hacer algo para disciplinarme, entonces empecé a entrar en el laboratorio fotográfico", asegura.
Saliéndose de los estándares y conceptos, García-Alix no define la fotografía como una mezcla de muchos ingredientes, sino como un espacio donde puede reinventarse y crecer. "Yo me invento ahí [en las fotografías]. Lo demás ya me es un poco igual. Eso es lo que yo llamo evolucionar", dice.
Este artista siempre ha dejado muy clara su inclinación hacia la fotografía en blanco y negro, donde encontró "la expresividad" que le gustaba. Al respecto, argumenta que el "esplendor del verde" de la naturaleza no le gusta y, a veces, ve el color como "una asignatura pendiente".
Fotografía digital: "una gran falsificación de las emociones"
Para este español el mundo analógico de la fotografía como él lo ha vivido "no tiene más futuro que 20 años". La industria alrededor de esta práctica está desapareciendo: los insumos que la soportan son escasos o ya no se fabrican y "ya no es un consumo masivo". "Se está convirtiendo en una cosa muy sibarita. El papel y los líquidos cada vez son más caros", argumenta.
No obstante, García-Alix se rehúsa a dar el paso a la era digital, llamándose así mismo "un permanente insatisfecho" que se siente atraído por la "precisión" en todo lo que supone trabajar con un rollo de no más de 12 fotos. "El digital ha traído una gran falsificación de las emociones del fotógrafo", añade.
Alberto García-Alix, fotógrafo español.
La fotografía nace de una intencionalidad y el selfi no tiene más intención que una causa hedonista. Ahora la gente fotografía hasta el pastel de chocolate que se va a meter
"Si tirara en digital estaría corrigiendo constantemente la imagen que veo en la cámara. Además, cuando tiro una película tardo días en revelarla. Ese tiempo me permite soñar de nuevo lo que vi y esperar. Acertar mi previsión. Soy maravilloso porque tengo un tempo para soñar", acentúa.
"El selfi es hedonismo tonto"
Este amante del retrato ha inmortalizado a importantes artistas de todo el mundo y dice sentirse un "personaje más" de su propia obra, que incluye una cantidad considerable de autorretratos. No considera una obsesión autorretratarse y resalta que era su propio modelo en los primero años. "[Ahora] me hago pocos. Tiene que haber el momento y el día adecuados, porque [el autorretrato] necesita de una sinceridad".
A propósito del fenómeno de las selfis, que ha alcanzado su auge con las cámaras digitales y los teléfonos inteligentes, García-Alix lo define como "hedonismo tonto" sin otra intencionalidad. "Ahora la gente fotografía hasta el pastel de chocolate que se va a meter. Vivimos en un mundo extraño", resalta.
Alberto García-Alix, fotógrafo español.
El día que me canse, el día que no me aporte, el día que me aburra lo dejo. El asunto es que cuando miro por cámara siempre estoy esperando una revelación
"No espero morir con las botas puestas"
El galardonado fotógrafo manifiesta que nunca esperó que la fotografía lo llevara tan lejos. Aunque no niega que su profesión siempre ha sido un "motor para continuar", no espera "morir con las botas puestas". "El día que me canse, el día que no me aporte, el día que me aburra; lo dejo. El asunto es que cuando miro por una cámara siempre estoy esperando una revelación", aclara.
"Mientras me aporte tensión. La tensión de buscar algo y la tensión de encontrarlo, que es lo que yo llamo la revelación, entonces continuaré haciendo fotos", concluye.
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