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Fotógrafo y cineasta mexicano Santiago Arau: "Los drones pueden ser como pequeños espías"
"El Gobierno no tiene el control que creemos los ciudadanos", señala Santiago Arau, fotógrafo y cineasta mexicano conocido por sus tomas aéreas y por su documental sobre el sismo que la Ciudad de México sufrió el 19 de septiembre de 2017, cuyas consecuencias filmó íntegramente con drones. ¿Cuáles son sus argumentos a favor del uso de esas aeronaves para documentar, a pesar del riesgo que representan? ¿En qué situaciones los fotógrafos pueden violar las normas? Véalo en Entrevista, de RT.
La conversación con Santiago Arau comienza con un salto en el tiempo, porque una de sus más aclamadas producciones tiene un origen muy concreto: el sismo que sacudió México el 19 de septiembre del 2017. "La primera reacción que tuve, junto con otros compañeros, fue salir a documentar", recuerda este fotógrafo y cineasta, quien subraya que desde reporteros hasta periodistas y fotógrafos siguieron ese impulso porque sabían que el terremoto "había sido muy duro".
Su trabajo cristalizó en el corto documental 'Ciudad herida', "una memoria histórica" filmada enteramente con drones que "pueden ser como pequeños espías". Para este cineasta, esos dispositivos tienen una gran ventaja porque la vista aérea da "una proporción del tamaño" del desastre y limita mucho "la manipulación" que puede derivarse de ciertos encuadres fotográficos más cerrados. A través de las imágenes se dio cuenta de que "afortunadamente, los daños fueron menores" de lo que había supuesto tras sentir el temblor.
Finalmente el corto documental que hicimos del sismo #19S está en línea. https://t.co/8WQSztz7Ws 👈 pic.twitter.com/ESS1ZcIjWn
— Santiago Arau (@Santiago_Arau) 11 de diciembre de 2018
Posteriormente, Arau comenta que su intención como autor de documentales o de fotografías es "generar una reflexión y mostrar lo que pasa" para "no olvidar" y destaca que "existe una delgada linea entre documentar para hacer amarillismo, para lograr un 'like' o para hacer algo viral y documentar algo que tenga una trascendencia".
El registro gráfico de los estragos del terremoto tuvo dificultades de varios tipos. En pleno caos tras el sismo, Santiago Arau fue detenido por "personas empoderadas, civiles" cuando filmaba en ciertas zonas porque pensaron que estaba "entorpeciendo las labores" de rescate y desescombro, algo que definió como un tipo de "secuestro". Finalmente, un alto mando militar desautorizó a sus captores. "Los fotógrafos también podemos violar reglas, pero debemos medir las consecuencias", asevera.
La riqueza y la crudeza de las imágenes compiladas en 'Ciudad herida' permiten sacar diversas conclusiones. De todas ellas, Arau destaca una: "mucha gente se siente cuidada", pero "el Gobierno no tiene el control que creemos los ciudadanos" y "no es ese Gran Hermano que lo ve todo y que sabe en todo momento lo que está pasando".
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