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La "isla de paz" de Latinoamérica acorralada por la delincuencia, el crimen organizado y las drogas
A pesar de que Ecuador siempre se ha mantenido dentro de un margen bajo de criminalidad, en los últimos años la población percibe que ya no es tan seguro ir por la calle. Los ecuatorianos achacan el aumento de la inseguridad a las recientes olas migratorias, mientras que a nivel nacional también se habla de fallas en la defensa fronteriza. Desde Ecuador, en 'Cartas sobre la Mesa', Luis Castro debate con sus invitados sobre la creciente falta de seguridad en el país latinoamericano.
Tradicionalmente Ecuador se ha encontrado entre los países más seguros de la región, con bajas tasas de criminalidad, sin embargo, desde los últimos años esa situación está cambiando. Según el experto en temas de seguridad y asesor de la Alcaldía de Quito, Fernando Carrión, el país vivía en "un imaginario" de "isla de paz" y el Gobierno nacional ha actuado "en concordancia con eso", sin haber diseñado políticas de seguridad adecuadas.
El ex subsecretario del Ministerio de Justicia, Ricardo Camacho, por su parte afirma que en la actualidad las principales amenazas para el Ecuador son las drogas y el crimen organizado. "Los ecuatorianos siempre hemos pensado que vivimos en una isla de paz, pero geográficamente estamos ubicados" entre "los principales productores de hoja de coca" como son Perú y Colombia, comentó Camacho.
Tanto en el Ecuador como en toda América Latina, afirma Fernando Carrión, últimamente existe "una gran presencia de xenofobia" hacia los inmigrantes. Basándose en datos de encuestas, el asesor de la Alcaldía de Quito señala que el nivel de xenofobia en la capital ecuatoriana "es altísimo". Debido al aumento de los casos de crímenes perpetrados por ciudadanos de otros países, gran parte de la población quiteña prefiere tener como vecinos a personas de origen norteamericano o europeo, más no a ciudadanos de ciertos países de la región.
Carrión además considera, que el repunte de la criminalidad en el país en los últimos dos años está vinculado a la crisis económica y a las políticas que el Gobierno ecuatoriano está aplicando para salir de esa crisis.
Los invitados del programa opinan que para reducir la violencia el país debe "incorporar dentro de las políticas económicas las políticas de seguridad" y otras públicas que mejoren la situación de la población. "Si eso no se aplica, lo que vamos a seguir teniendo son economistas tratando de resolver variables económicas sin entender lo que está pasando en el ámbito social", agregó Fernando Carrión.
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