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Cuando los abrazos llegan a los tribunales: los hijos de una mujer que murió atropellada perdonaron al motociclista acusado

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Sucedió inesperadamente en medio del juicio oral, celebrado en Argentina. El imputado pidió disculpas entre llantos y los familiares aceptaron.
Cuando los abrazos llegan a los tribunales: los hijos de una mujer que murió atropellada perdonaron al motociclista acusado

Una audiencia en el Juzgado Correccional 1 de Necochea (Provincia de Buenos Aires) tuvo un desenlace inesperado, que sorprendió a propios y ajenos. El acusado de homicidio culposo, por atropellar con su moto a una mujer de 82 años, y los hijos de la víctima terminaron abrazados. La historia se viralizó. ¿Cómo fue?

Cuando el juez a cargo, Mario Juliano, entró a la sala de audiencias del debate por homicidio culposo le avisaron que los familiares de la víctima querían una 'pena de efectivo cumplimiento', que estaban muy enojados. "Veo a un imputado muy conmocionado. Le pido sus datos y se larga a llorar", relató en su cuenta de twitter el magistrado.

Llamó a los abogados a su despacho y les preguntó si no veían la posibilidad que el imputado y los familiares tomaran contacto personal. Como le dijeron que sí, hicieron pasar a todos a la sala.

Y entonces empezó la magia. Juliano lo relató así: "Habla el imputado y entre sollozos que hacían dificultoso comprender lo que decía les pide perdón a los familiares. Los hijos de la víctima lo miran. Toma la palabra uno de ellos y cuenta cómo era la mamá. Luego de hablar un poco dice que acepta las disculpas, como su hermano".

El magistrado dispuso un cuarto intermedio y salió de la sala. En ese momento, uno de los hijos de la víctima se acercó al imputado y lo abrazó.

Cuando Juliano volvió a la sala, le contaron que habían llegado a un acuerdo de juicio abreviado. En conclusión, una pena de tres años de prisión de cumplimiento condicional y la inhabilitación para conducir por el mismo período.

Entonces el juez simplemente concluyó: pidió disculpas en nombre del Poder Judicial "por el inexplicable tiempo que demandó tramitar una causa sencilla". Y agradeció las enseñanzas de tan peculiar escena.

Luego, en el fallo, aceptó el acuerdo propuesto y se permitió reflexionar sobre lo que había pasado. Ante una situación en la que una persona cometió un delito con una consecuencia muy grave para otras personas, escribió: "Quienes estamos acostumbrados a participar como terceros imparciales en estos problemas sociales de gravedad procesados por el sistema judicial, sabemos que con cierta regularidad nuestra intervención no hará más que reconocer como válida una de las dos posiciones definidas a partir del dolor". 

Pero, ¿y qué pasa con el dolor? "No todos los enfrentamientos humanos de gravedad que alimentan nuestra tarea cotidiana pueden o deben ser 'resueltos' o 'cerrados'. Estas cuestiones involucran dolor, miedos, enojos, deseos de venganza y toda una serie de emociones confusas. La insondable complejidad de esas emociones difícilmente sea abarcada a través de nuestras soluciones, que suelen ser binarias, limitadas, definidas con anterioridad y cierta abstracción", escribió. 

Y entonces animó al Poder Judicial a repensar las intervenciones judiciales, "pensar humana y humildemente qué y cómo podemos aportar para canalizar la angustia". 

Entre otras cosas, se pregunta por las demoras. El accidente juzgado ocurrió el 4 de enero de 2015 a las 19.15. Aquel día, Elvira Kruzich fue atropellada en intersección de 59 y 50 de Necochea por Gonzalo Márquez. Murió en la ambulancia, camino al hospital Municipal Emilio Ferreira. ¿Qué hizo que demorara más de cuatro años el juicio? Según el magistrado, "inercia de la cultura judicial y litigiosa". 

Sergio Díaz, uno de los hijos de Elvira, consideró que los tiempos de la Justicia pueden ser "geológicos". 

El vínculo

Díaz contó su historia ante los medios. Aquel día había viajado desde Rosario (donde vive) a Necochea a visitar a su mamá. Le tocó timbre varias veces pero no la encontró. Entonces llamó el 911 y supo que había un cuerpo en el hospital por reconocer. Era ella. 

Años después, ya durante el juicio, Díaz se enteró de que era el propio conductor de la moto que la atropelló el que había llamado a la policía. Y también que se había quedado horas y horas en la guardia del hospital esperando a ver si aparecía algún familiar de Elvira. 

"Nosotros no buscamos venganza sino Justicia, buscamos que quede claro, el imputado aceptó la culpabilidad del hecho", relató al medio local TSN Necochea

También invitó a que todos y todas tomen lo bueno de su experiencia: "Está bueno que haya terminado así. Para nosotros, para Márquez [el imputado], que vive situaciones feas después de su accionar. Y le hace bien a la sociedad". Y concluyó: "A mí no me interesa mandar a prisión a alguien que está acongojado o arrepentido por una acción".

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