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Los jóvenes españoles se aferran a los estudios ante la crisis

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España vive unos tiempos poco alentadores para los jóvenes: la crisis económica contribuye a elevar la triste estadística de desempleo en el país. Curiosamente, esto ha llevado a que los jóvenes estén más interesados ahora en prolongar sus estudios.

España vive unos tiempos poco alentadores para los jóvenes: la crisis económica contribuye a elevar la triste estadística de desempleo en el país. Curiosamente, esto ha llevado a que los jóvenes estén más interesados ahora en prolongar sus estudios. 

Un informe elaborado por la compañía ManpowerGroup muestra que la cantidad de 'ni-nis' (el apodo con el que se hace referencia a los jóvenes que ni estudian ni trabajan) descendió en 150.000 entre 1995 y 2011.

Debido a la difícil situación de la economía española el nivel de desempleo entre los jóvenes ha aumentado considerablemente. Los trabajadores jóvenes (menores de 35 años) en paro desde hace más de un año son el 42% del total, lo que supone un considerable aumento respecto al porcentaje de parados de larga duración del pasado año, cuando eran el 36%.

Las cifras no dan muchas esperanzas a los futuros especialistas ya que entre ellos el nivel de desempleo también es alto y buscar un trabajo no es una tarea fácil. Sin embargo el futuro poco claro no paraliza a los jóvenes españoles.

Pese a la creencia popular de los adultos de que la generación joven es en su mayor parte apática y despreocupada, las estadísticas muestran una situación bien diferente.

Desde el inicio de la crisis hasta la actualidad el número de estudiantes españoles ha crecido en un 8,5%.

Lo más interesante es que en el periodo de 'boom' económico las tasas de escolaridad se redujeron a causa del más fácil acceso al mercado laboral. La reducción de jóvenes en activo fue de casi un 30%.

Pero hoy en día los 'ni-nis' no están en moda. Los españoles continúan independizándose, saliendo del hogar paterno buscando desarrollar su propia vida adulta y responsable. En 2011 el porcentaje de jóvenes que no viven con sus padres es del 40,6%.

La situación económica no sólo introduce cambios en la mentalidad de los españoles jóvenes impulsándolos a crear su propia vida independiente sino que también altera el estado de los inmigrantes en el país. La población activa inmigrante se redujo en 85.000 personas, frente a la incorporación de 25.000 trabajadores nativos al mercado laboral.

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