Los estudiantes chilenos piden socorro a 'beSOS'
Los jóvenes chilenos protagonizaron una original campaña de protesta bajo el título una “besatón” de 1.800 segundos, en la que numerosas las parejas se dieron besos de larga duración para protestar por el bajo nivel de la educación pública.
La campaña reunió a cientos de estudiantes de educación secundaria y a universitarios dispuestos a fundirse en un beso durante 1.800 segundos (30 minutos) para exigir una mejor educación. En particular, los jóvenes exigen profundas reformas en la esfera educativa, tales como el incremento del aporte fiscal (del 4% actual del PIB al 7% recomendado por la UNESCO) o la supresión de los esquemas que permiten a algunas universidades privadas obtener recursos estatales sin pagar impuestos amparándose en su baja rentabilidad económica.
La primera manifestación tuvo lugar frente a las puertas del Congreso Nacional, en la ciudad de Valparaíso, sede del legislativo, y posteriormente se trasladó a la Plaza de Armas de la capital chilena.
Las 'maratones' de besos se repitieron en otras ciudades como Puerto Montt, Valdivia, Concepción, Chillán, Curicó, La Serena, Antofagasta, Iquique y Arica.
“Convocamos la 'besatón' mediante las redes sociales y la elegimos porque es una forma de entrega y de compromiso, porque queremos el Estado haga lo mismo con la educación, y que le ponga pasión porque la educación es un derecho”, especificó Emma Luza, una dirigente estudiantil.
En general, desde mediados de mayo los estudiantes universitarios y de secundaria han organizado diversas manifestaciones tanto en Santiago como en las provincias para reivindicar la mejora de la infraestructura de las instalaciones destinadas a la enseñanza técnico-profesional.
A su vez el presidente chileno Sebastián Piñera se comprometió a asignar 4.000 millones de dólares a la enseñanza superior en respuesta a las demandas de los jóvenes.
El líder hizo un llamamiento ante los chilenos para alcanzar "un gran acuerdo nacional por la educación" y agregó que los estudiantes deben acabar con las protestas y "recuperar la senda del diálogo y los acuerdos".
”No queremos que el sueño profesional de un hijo sea una pesadilla financiera para sus padres o una pesada mochila para los nuevos profesionales”, señaló.