El sueño americano no garantiza una vida más larga
El país más rico del mundo, que durante siglos ha sido considerado como el destino preferente para aquellos que buscan la felicidad y la fortuna económica, no promete, sin embargo, una vida larga. Una investigación llevada a cabo por científicos estadounidenses y británicos demuestra que la esperanza de vida de un estadounidense es inferior a la de ciudadanos de un buen número de países.
Los hombres en EE. UU. viven 3,5 años menos que los de Australia y 1,5 años menos que los británicos, con una esperanza de vida de 75 años. Las mujeres norteamericanas también viven tres años menos que las australianas. Y la diferencia entre la esperanza de vida en EE. UU. y en otros países desarrollados continúa aumentando.
Los investigadores de la Universidad de Washington en Seattle y el Imperial College de Londres mencionan las altas tasas de obesidad y el consumo de tabaco entre los factores que aumentan el riesgo de una muerte prematura.
El doctor Ali Mokdad, profesor de salud global del Instituto de Métrica y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington dice que EE. UU. no presenta una política firme respecto a la reducción del consumo de tabaco, que es la causa de la muerte de uno de cada cinco fallecidos.
Por lo visto Estados Unidos necesita poner más interés en proteger la salud de sus ciudadanos. Cada año el país podría evitar la muerte de 100.000 habitantes si redujera también el consumo de sal, ya que este producto provoca la hipertensión, que es responsable de la muerte de uno de cada seis estadounidenses.
La obesidad tampoco ayuda a mantener un estilo de vida saludable y uno de cada tres adultos estadounidenses es considerado obeso, de acuerdo con los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Pero según indican los científicos, los aspectos físicos de la salud no son los únicos que afectan a la esperanza de vida. El profesor Danny Dorling, experto en geografía humana de la Universidad de Sheffield, en Inglaterra, afirma que una distribución más equitativa de la riqueza podría alargar las vidas de la mayoría de la población.
Todos estos factores llevaron Estados Unidos a ocupar el lugar número 37 en las tablas globales sobre esperanza de vida en los países del mundo.
Por otra parte, la reforma del sistema sanitario que se aprobó en marzo de 2010 entrará en vigor en 2014, obligando a todos los adultos estadounidenses a contar con un seguro médico. Está por ver si este cambio mejorará la salud de los ciudadanos, pero para eso aún habrá que esperar un periodo de tiempo considerable.