Chicago, ciudad de desempleo y pobreza para la población afroamericana
Casi la mitad de la población afroamericana de Chicago vive en la pobreza, mientras que para la tercera parte de los jóvenes encontrar trabajo en esta ciudad es una tarea casi imposible.
La tasa de paro entre los habitantes afroamericanos en Chicago supera el 20%, dos veces más que los índices entre los blancos.
Darryl Batts, exrecluso: "El Gobierno no hace lo suficiente. Es un fallo total. Te prometen una cosa, pero al final no recibes nada"
El número de familias que viven en la pobreza alcanza el 45%, casi la mitad de toda la población. Para ellos, la falta de trabajo significa hambre. Los centros de ayuda que reparten comida se ven obligados a trabajar casi 24 horas.
El uso excesivo del alcohol, que alcanza niveles récord en Chicago, y la alta tasa de delincuencia son las consecuencias directas de esta situación. Así, Darryl Batts, residente de Chicago que salió de la cárcel hace seis meses tras haber pagado condena por sus crímenes, tiene ahora como única ocupación la búsqueda infructuosa de trabajo.
Según el desempleado, esta situación es un fallo del Gobierno estadounidense, que no hace lo suficiente para resolver los problemas económicos del país. "El Gobierno no hace lo suficiente. Es un fallo total. Te prometen una cosa, pero al final no recibes nada", asegura Darryl.
Sati Word, profesor: "Cuando murió el trabajo, también murió el barrio"
Como en todo el estado de Illinois, en la última década en esta ciudad desaparecieron cerca de 200.000 empleos en el sector manufacturero. "El barrio solía tener fábricas e industria, pero cuando murió el trabajo, también murió el barrio", cuenta Sati Word, hombre que nació y creció en Chicago. Ahora tiene que simultanear varios trabajos para arreglárselas de alguna manera. Pero lo más triste para él es que los problemas en su ciudad natal ya no son llamativos. "La mayoría de la gente cree que Chicago es una ciudad maravillosa, pero lo que sucede es que no ven el 85% de esta ciudad", alerta Sati.
Actualmente los barrios pobres presentan un contraste chocante frente al área central, donde la precariedad se esconde detrás de los brillantes e imponentes rascacielos. Y las voces de los que día a día luchan por su existencia no se oyen desde allí.