Felicidad a la rusa: un abuelo con 133 herederos
Ver una familia numerosa es cada vez más difícil. Pero en Rusia hoy en día se pueden encontrar grupos que tienen una parentela extensa, incluso hay casos asombrosos.
Alexéi Shapovál es habitante de Novokuznetsk, ciudad del distrito federal de Siberia, y es el abuelo feliz de 110 nietos y 10 bisnietos. Además, el hombre tiene 13 hijos. Con ellos es posible organizar más de 10 equipos de fútbol integrados exclusivamente por familiares, pero también la vida cotidiana adquiere un sinnúmero de particularidades.
Sobre todo en este caso, ya que todos los hijos de Alexéi optaron por seguir el ejemplo de su padre. El resultado es una enorme parentela en la que lo que resalta es la armónica relación que mantienen todos sus miembros, algo para lo que la cabeza de este peculiar clan parece tener la receta.
“Podría decir que el secreto para tener una gran familia es en primer lugar el amor a Dios, luego el amor hacia la esposa de la cual se deduce el amor por los niños, porque ellos son lo tuyo, lo que has creado”, dice el abuelo.
Casi todos los miembros de esta numerosa prole viven cerca y se dedican a trabajar la tierra. Además, la mayoría de los nietos son amigos entre sí. Pero son inevitables algunas dificultades, casi todas desde el aspecto más doméstico.
“Se nos hace complicado recordar algunas cosas, por ejemplo es algo difícil memorizar las fechas de cumpleaños de todos nuestros parientes. Pero no hay ninguna dificultad para asociar las caras con los nombres de nuestros familiares, la memoria humana es capaz de guardar muchas cosas”, dice uno de los hijos Andréi.
En caso de que ésta falle, Alexéi puede recurrir a un método supuestamente confidencial -una libreta en la que va apuntando todo lo necesario para no quedar en mal lugar ante sus descendientes. Este secreto lo conocen perfectamente sus allegados, pero lo consideran absolutamente justificado.
Es evidente que una parte importante del peso de la crianza de todos estos chicos recae en las madres. Ellas deben encargarse casi todo el día de las necesidades de los niños, pero también cuentan con la ayuda de su prole para dar abasto ante la exigente tarea.
“Yo vengo de una familia grande, somos ocho hermanos. Al casarme no pensé que tendría tantos hijos, pero fueron naciendo 10, 11, hasta que llegamos a los 15 niños que tengo ahora. Las mayores dificultades las tuve con los primeros tres, eran muy pequeños y no tenía mucha colaboración porque mi esposo trabajaba, pero cuando ellos crecieron han sido fundamentales colaborando en los cuidados de sus hermanos menores”, cuenta Vera, la esposa de uno de los hijos.
El abuelo Alexéi dice estar orgulloso de su clan. Sus hijos y nietos disfrutan su compañía, de hecho prácticamente todos los días tiene de visita a aquellos que constituyen su principal tesoro.
“Hay personas que encuentran la alegría en bienes materiales, riquezas, automóviles. Mi alegría es interna cuando los miro a todos ellos, son hermosos, gallardos, son niños buenos. Eso es mi orgullo y es mi verdadera riqueza. El dinero es como el aire. Y esto es real, mi alegría y la dicha de saber que no he vivido la vida en vano”, dice el abuelo feliz.