Policías londinenses blancos se querellan por discriminación racial

Seis agentes del Servicio Policial Metropolitano de Londres han acusado a sus superiores de discriminación racial. El caso se remonta a 2009, cuando los agentes se sintieron víctimas de lo que califican como “obsesión por lo políticamente correcto”.

El conflicto laboral comenzó con una acusación del séptimo integrante del pelotón, el único de piel oscura, contra sus colegas blancos. El documento se centraba en un supuesto maltrato contra un grupo de adolescentes árabes durante una inspección.

La denuncia motivó una investigación penal y el licenciamiento de uno de ellos, el sargento Bill Wilson. Pese a que los seis fueron absueltos por un tribunal londinense de las acusaciones de agresión y amenazas, todos se encuentran marginados en Scotland Yard y consideran la conducta adoptada por sus jefes como ilícita.

“En su intento de observar en todo lo políticamente correcto, las autoridades británicas han perdido la razón”, opina Wilson, que había dedicado al servicio casi treinta años de su vida. “Si hubiera sido un oficial blanco el que hacía aquella acusación, el asunto habría sido tratado entonces dentro del organismo”, explica. Según Wilson, de este modo, un corto examen “pondría fin a todo ello”.

A juicio del ex sargento, la presentación de una denuncia por parte de cualquier persona de una minoría étnica obliga a las autoridades policiales a actuar de un modo diferente que en casos ordinarios similares, protagonizados por blancos.

Los seis involucrados en el conflicto se querellaron contra el Servicio Policial Metropolitano en un tribunal laboral y han acusado a la jefatura tanto de discriminación racial, como de tácticas dilatorias.