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Cara a cara contra el viento: Abrochen sus cinturones, que el despegue va a empezar

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Cara a cara contra el viento: Abrochen sus cinturones, que el despegue va a empezar

Te había prometido que te iba a contar por qué volar es seguro. Y ya que estás a bordo conmigo, creo que es lo primero que tienes que saber, para que te sientas tranquilo. Además, tú ya no eres un pasajero más, que se basa en rumores. Realmente me encantaría explicarte 'desde adentro' por qué pasan ciertas cosas para que la próxima vez puedas disfrutar de tu vuelo sin que te preocupes por cada ruido extraño o movimiento brusco del avión. Así que, si subiéndote a un avión sientes que desesperadamente ya quieres aterrizar para dejar el vuelo en el pasado, este tema es para ti. Te voy a contar qué es lo que pasa durante el despegue y aterrizaje, qué es la turbulencia y cóo nos preparamos para manejar todo tipo de situaciones de emergencia.

¡Primero y principal! El avión vuela debido a la sustentación generada por el flujo de aire que pasa sobre y bajo el ala cuando la nave se mueve a la velocidad necesaria. Pura física: así como en la tierra te mantiene firme la gravedad. Sí, la gente se cae, pasa. Pero seamos francos, esa no es razón para dejar de levantarse de la cama. Y si para darte un golpe contra el suelo basta con tropezarse, para que suceda un accidente aéreo es necesario que pase toda una serie de cosas simultáneamente. Si tomamos en cuenta que hoy los aviones son diseñados de manera tal que la posibilidad de que alguno de sus elementos principales fallen es prácticamente nula, imagínate qué pequeña es la probabilidad de que coincidan distintos errores en un mismo momento. Pero, dejemos esos casos excepcionales de lado y hablemos mejor de las cosas comunes que suelen preocupar a los pasajeros. ¿Empezamos con el despegue?

Despegue y ascenso

Este es definitivamente el momento durante el cual los nervios pueden provocar pensamientos filosóficos sobre la vida y la muerte, o quizás un deseo de cerrar los ojos, agarrarse bien fuerte sobre los apoyabrazos del asiento y rezar. Claro, encima la azafata mostrando qué hacer en casos de emergencia... Si hay un momento en el que uno no quiere escuchar sobre 'casos de emergencia' es mientras está subido a un avión con las puertas ya cerradas. ¿Alguna vez te detuviste a leer los posibles efectos secundarios del papelito que está en la caja de aspirinas? Uno podría preguntarse '¿para qué lo asustan a uno cuando es tan pequeño el riesgo?'. No es sadismo, es la ley. Están obligados a informarte en caso de que. Por la misma razón las reglamentaciones internacionales obligan a esta demostración tan inoportuna para quien sufre de problemas nerviosos.

La tensión aumenta cuando después de llegar a la pista, y estar detenido por unos segundos, el avión empieza a tomar velocidad. La potencia de los motores te empuja hacia el asiento, el ruido de los motores y las vibraciones son cada vez más fuertes. Esto no es una pesadilla o un tráiler de una película de terror, simplemente para despegar un avión comercial necesita una velocidad de unos 250 kilómetros por hora, asi que la carrera es más o menos de 1,5 km y dura unos 30 segundos. Si en el transcurso de la aceleración surge algún problema, el despegue puede ser abortado, siempre y cuando el avión no haya superado la velocidad de decisión –eso garantiza que la parte restante de la pista va a ser suficiente para frenar–. O sea, que si el piloto toma la decisión de despegar es que todo va bien.

Después del despegue puede que te llame la atención un golpe bajo tus pies. No te preocupes, es el tren de aterrizaje que se está retractando.

Entre nosotros, una vez cuando yo era niño volé con mi familia de vacaciones. Pegado a la ventanilla yo miraba como los autos y las calles se iban volviendo chiquititos, cuando de golpe el ruido de los motores se redujo y en ese momento sentí cómo empezaba a caer el avión. Bueno, lo admito, un poco sí me asusté aquella vez. Pero después de unos años entendí qué fue lo que pasó. Primero, un motor no puede andar a máxima potencia durante mucho tiempo porque todos sus elementos pueden sufrir un estrés peligroso. Aparte de eso, hay normas de ruido que requieren minimizar la potencia cerca de poblaciones y a alturas relativamente bajas para no molestar a la gente cada vez que pasa un avión. Segundo, la sensación de caída que yo sentí tiene que ver con que el 'régimen de ascenso', o sea la velocidad con la cual el avión se eleva, no es constante. Si esa velocidad se reduce puede parecer que el avión se está cayendo, cuando en realidad sigue ascendiendo pero un poco mas despacio. Entonces no lo sabía... y a día de hoy aún recuerdo perfectamente lo que sentí en ese momento.

Otra situación que asusta a muchos son la inclinaciones, sobre todo cuando la altura es todavía suficiente para distinguir algún edificio contra el que piensas que el avión se va a estrellar. La culpa no la tiene el piloto, sino nuestro propio cuerpo: el sistema vestibular no puede identificar con precisión el valor de la inclinación y nos da la falsa impresión de que estás con la cabeza para abajo. En realidad, el ángulo de inclinación normal no supera los treinta grados. Si te parece que es mucho, mira las agujas de tu reloj a las 2:15 para hacerte una idea, ¡vas a ver que no es para tanto!

Durante toda su historia, el ser humano quiso aprender a volar pero, después de miles de intentos, no lo logró hasta el siglo XX. Hoy todos podemos acercarnos a las nubes. ¡Es un milagro, una experiencia única! No dejes que unas tonterías te quiten la posibilidad de sentirlo. Así que, amigo, relájate y disfruta.

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.

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