La crisis inmobiliaria 'echa a rodar' los hogares de millones de estadounidenses
La recesión económica en Estados Unidos ha creado una nueva realidad, en la cual el ahorro y la mesura son la prioridad para sobrevivir. En un intento para economizar sus escasos ingresos, numerosos estadounidenses se han visto obligados a mudarse.
El caso de Rebeca
Rebeca tuvo que hacer cambios drásticos para daptarse a sus nuevas circunstancias, poco a poco le encuentra ventajas a su nuevo estilo de vida. La entrenadora de atletismo comparte con su familia un departamento de apenas 67 metros cuadrados en la ciudad de Carlisle, en el estado de Pennsylvania, que representa un tercio del tamaño de un típico hogar norteamericano.
Y es que la realidad económica ha golpeado a los propietarios de casas, cuyo valor ha caído debido al exceso de oferta en el mercado. Más del 20% de los dueños de viviendas deben más de lo que éstas valen.
Lo más grande no es lo mejor
En EE. UU. siempre se ha considerado que lo más grande es lo mejor. Pero ahora todo ha cambiado.
“El paradigma aquí es que lo más grande es lo mejor, pero en años pasados estos se ha vuelto una mentira. La gente está finalmente entendiendo que el valor de reventa de una propiedad no está garantizado”, confiesa Jay Shafer, dueño de una vivienda.
Un millón de viviendas fueron apropiadas por los bancos en el 2010 y las predicciones apuntan a que esa cifra aumentará este año. La crisis inmobiliaria robó los sueños y los hogares de millones de estadounidenses, así que las familias tuvieron que escoger entre poner comida en la mesa o pagar una hipoteca.
Ingeniosas soluciones
Los domicilios deben tener un mínimo de superficie construida según el Código Residencial Internacional del 2006, impuesto por el gobierno del país. Por ejemplo, en el estado de Florida se requiere un mínimo de 20 metros cuadrados de espacio. Pero la creciente tendencia de mudarse a casas pequeñas le ha dado la vuelta al problema.
Al ponerles sus hogares sobre ruedas, es imposible aplicarles los estándares de construcción. Es cuestión de ajustarse al presente y rodar con lo que venga.
Ante la nueva realidad económica a la que se enfrentan los estadounidenses, las casas pequeñas rodantes son una verdadera alternativa para aquellos que buscan vivir con sus propios recursos.