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Pobladores del este de Ucrania a RT: "Hasta el ganado vive ahora mejor que nosotros"
Vecinos de la ciudad ucraniana de Yasinovátaya, en la región de Donetsk, relatan a RT sus padecimientos en la zona del conflicto.
Los bombardeos del Ejército ucraniano en el marco de las acciones militares en el este de Ucrania han afectado gravemente a la ciudad de Yasinovátaya, a unos 12 kilómetros de Donetsk. La población local ha contado a RT todo lo que han tenido que sufrir.
Los combates dejaron a esta pacífica localidad prácticamente en ruinas. Las grietas en las paredes causadas por los misiles abren una vista panorámica a un escenario de total destrucción. No hay rincón que haya quedado intacto. Los pobladores se esconden en los sótanos, preparan su comida en hogueras y no les queda más remedio que hacer las tareas del hogar en condiciones poco domésticas. "Hasta el ganado vive mejor que nosotros ahora", se lamenta una lugareña a RT.
"Ahora tengo que ponerme a repararlo todo. Quiero que cesen los bombardeos para poder comenzar. Tengo tres hijos pequeños y no quiero estar todo el tiempo construyendo", comenta por su parte Yulia, otra local.
"Empezaban a bombardear a las seis de la mañana y seguían disparando durante 14 horas al día, y así durante una semana y media", recuerda una de las mujeres entrevistadas los ataques.
"Estábamos aterrorizados porque veíamos cómo gente inocente muere, incluso niños. Vimos morir a un rescatista. Trabajaba en los servicios de emergencias protegiéndonos. Se fue a su casa para darle de comer a los perros y pasadas unas dos horas murió. Cayó en la plaza cerca de la tienda", relata otra local.
Mucha gente huyó de la urbe ante la ofensiva del ejército. Testigos cuentan que tuvieron que abandonar sus hogares incluso bajo las balas. Pese a que las explosiones ya no se escuchan en la localidad, la gente todavía tiene miedo a salir de sus refugios.
Los combates dejaron a esta pacífica localidad prácticamente en ruinas. Las grietas en las paredes causadas por los misiles abren una vista panorámica a un escenario de total destrucción. No hay rincón que haya quedado intacto. Los pobladores se esconden en los sótanos, preparan su comida en hogueras y no les queda más remedio que hacer las tareas del hogar en condiciones poco domésticas. "Hasta el ganado vive mejor que nosotros ahora", se lamenta una lugareña a RT.
"Ahora tengo que ponerme a repararlo todo. Quiero que cesen los bombardeos para poder comenzar. Tengo tres hijos pequeños y no quiero estar todo el tiempo construyendo", comenta por su parte Yulia, otra local.
"Empezaban a bombardear a las seis de la mañana y seguían disparando durante 14 horas al día, y así durante una semana y media", recuerda una de las mujeres entrevistadas los ataques.
"Estábamos aterrorizados porque veíamos cómo gente inocente muere, incluso niños. Vimos morir a un rescatista. Trabajaba en los servicios de emergencias protegiéndonos. Se fue a su casa para darle de comer a los perros y pasadas unas dos horas murió. Cayó en la plaza cerca de la tienda", relata otra local.
Mucha gente huyó de la urbe ante la ofensiva del ejército. Testigos cuentan que tuvieron que abandonar sus hogares incluso bajo las balas. Pese a que las explosiones ya no se escuchan en la localidad, la gente todavía tiene miedo a salir de sus refugios.
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