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RT habla con músico de Barcelona multado por la Policía por un 'delito' que no cometió

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Un joven músico español denuncia que en Barcelona existe abuso de poder por parte de la policía local, que le impuso una multa impagable dada su situación económica por un delito que él no cometió, además de incautarle su instrumento de trabajo.
La odisea de Lluís de Puig, de 23 años de edad, se inició una noche del pasado mes de agosto cuando junto a sus amigos habían salido de una fiesta y se dirigían a sus respectivos hogares. Por el camino, uno de los amigos de Lluís le pidió probar la guitarra, que llevaba en la espalda, y se la prestó sin ningún problema.

Los problemas comenzaron cuando el amigo, que mientras iba caminando, empezó a entonar unas notas con la guitarra sin "hacer más ruido que los acompañantes que iban conversando. Dos agentes de la Guardia Urbana (policía local de Barcelona) se acercaron y le decomisaron el instrumento", denuncia De Puig en una entrevista con RT.

Los agentes pidieron al 'infractor' que les acompañara a la comisaría, donde le impusieron una multa de 300 euros (unos 380 dólares) reducibles a 75 euros, pero también decomisaron la guitarra, obligando a su titular a acompañarles también.

En la comisaría de la Guardia Urbana se le informó a Lluís que podría recuperar su instrumento después de 5 días. Pasado este periodo el joven regresó a la jefatura, pero para su sorpresa le comunicaron que para retirarlo debía abonar 195 euros (unos 252 dólares) como tasa, sin opción a rebaja y en otra comisaría.

Ahora De Puig denuncia que está indefenso ante la Administración. Argumenta que se siente maltratado al verse afectado directamente en su trabajo, al no poder disponer del instrumento esencial para laborar y se ve ante una sanción inalcanzable por su situación económica, dado que es estudiante, y todo sin haber realizado ningún ilícito imputable.

RT: ¿Castigar con una multa de 195 euros al propietario de un instrumento musical y 300 euros para la persona que hace uso del mismo en la vía pública, es habitual en España y particularmente en Barcelona?

Luís: La verdad es que en Barcelona hay un desequilibrio difícil de entender en cuanto a las leyes y sanciones económicas. Sin hacer absolutamente nada te puedes ver obligado a pagar 195 euros por recuperar tu instrumento, y si robas un bolso y la Policía te descubre y si dentro hay menos de 400 euros te vas a casa sin antecedentes ni sanción económica. Actualmente se iguala la práctica de un deporte como el 'skate' con la prostitución, orinar en la calle, la venta ambulante u otras conductas incívicas.

El Ayuntamiento ha decidido que la multa por patinar en la ciudad podrá ascender a los 1.500 euros, equiparándola a otros delitos.

RT: ¿Cree que esta sanción es una muestra de que se están prohibiendo las diferentes formas de expresiones artísticas en la calle?

Lluís: Creo sinceramente que es una forma de recaudar dinero fácil y rápido con el pretexto de satisfacer a un pequeño sector de la población que quiere tranquilidad en la calle, extrapolando el hecho de no molestar a los vecinos de noche a estar prohibido hacer cualquier tipo de ruido en cualquier parte de la ciudad a partir de cierta hora, y con sanciones desorbitadas. Este tipo de leyes ha obligado a todo tipo de negocios nocturnos y bares musicales a cerrar el local o suprimir algo tan bonito como la música en directo o la simple música ambiental, por no poder cumplir un límite de decibelios inferior al ladrido de un perro.

RT: De ser este el caso, por qué ya no se tolera a los artistas callejeros en una ciudad reconocida mundialmente por ser una de las mecas del arte.

Lluís: Quizás el partido político que gobierna en el Ayuntamiento actualmente (Convergència i Unió) no le da la importancia que merece al arte callejero o urbano de Barcelona, que como muy bien decís, es un buen estandarte de cara al resto del mundo, y por lo tanto un atractivo y un beneficio para la ciudad. Desde fuera no todo es lo que parece.

RT: ¿A qué considera que se debe el periplo burocrático que le impide recuperar su guitarra, y por qué esta tiene que 'trasladarse' de comisaría en comisaría?

Lluís: Según la Policía, la intervención del instrumento es preventiva para asegurarse que ese mismo día no se siga produciendo la presunta infracción de tocar en la calle. Dejando de lado que me parece una barbaridad y un ataque contra el derecho humano de la propiedad que la Policía pueda incautarse de una guitarra sin ningún tipo de reparo, sea o no sea su titular el autor de la infracción, si el argumento es el que defiende la Policía parece que lo más coherente sería que el instrumento permaneciera en la comisaría donde fue sustraído.

Al día siguiente el propietario debería poder recuperarla sin mayor problema. Pero como comentaba antes esta ciudad no funciona siguiendo la lógica y la justicia más humana. Parece que debe procederse de la manera más complicada para el ciudadano. Parece que es más lógico llevarla al otro lado de la ciudad a una oficina donde si preguntas no saben decirte cómo realizar una reclamación formal para recurrir la tasa que te ha sido impuesta, hacerte esperar 5 días para formalizar un trámite tan sencillo como guardar una guitarra con su precinto en un armario, y, después de todo eso, imponerte una tasa de 195 euros por retirar la guitarra de un armario donde te han obligado a ponerla vulnerando tus derechos.

RT: En caso de que se demore algunos días más o desista por recuperar su instrumento musical, ¿la multa iría creciendo con el paso del tiempo?

Lluís: Según se me informó en la oficina esa tasa no crece con el tiempo, a diferencia de otras como la que imponen por sacar el coche del depósito cuando se lo lleva la grúa municipal por estacionar mal.

RT: ¿Considera que la campaña lanzada en las redes sociales le ayudará a recuperar su guitarra sin más recargos o incluso anular la sanción?

Lluís: Mi objetivo es difundir lo que para mí es una completa injusticia. Sinceramente, y espero equivocarme, dudo que sirva para conseguir ninguna de las dos cosas. En esta ciudad, por desgracia, la voz del ciudadano contra la de la justicia tiene muy poco que ganar, y es por eso que la mayoría de la población paga sus multas sin estar de acuerdo de ninguna manera con las sanciones impuestas. A ojos de todo el mundo parece una batalla perdida.

RT: ¿Será que los recortes del Gobierno español han dejado cortos de recursos a las fuerzas del orden y por eso estos recurren a imponer semejantes multas a una guitarra, que no tiene las dimensiones de un piano para decir "que obstruía la circulación en la vía pública"?

Lluís: Como comentaba, los motivos pueden ser por intereses económicos, culturales o puede que ni los podamos imaginar. Está claro que en época de crisis y recortes el Ayuntamiento recauda dinero de todo lo que puede, por injusto que sea, y a los gobernantes poco les afectará una ley que exprime a los músicos que viven de su instrumento. Lo que está claro es que es totalmente desproporcionado que la tasa por recuperar cualquier instrumento musical (podría ser algo tan pequeño como una armónica) que han guardado en un armario sea mayor que intervenir y transportar un vehículo mal aparcado hasta un depósito y tenerlo varios días ocupando un espacio muchísimo mayor.

RT: ¿A dónde cree usted que quieren llegar las fuerzas del orden con penas como estas?

Lluís: Está claro que quieren acabar con la música en la calle por la vía rápida, llegando a extremos que creo que cualquier persona vería como excesivos, por más afectada que pudiera estar por el ruido de estos instrumentos.

RT: ¿A lo mejor usted o su amigo, al que encomendó su estimada compañera, incurrieron en algún otro delito como ir ebrios o armar algún escándalo luego de la fiesta?

Lluís: Justamente este caso es el que debería ser grabado para demostrar el abuso de poder y de la ley sin flexibilidad por parte de las autoridades. Ambos íbamos andando por la calle sin molestar y mi compañero iba tocando solo la guitarra sin hacer más ruido que cualquiera de las personas que andaba hablando por la calle. Es ese uno de los motivos por los cuales me siento tan indefenso y maltratado delante del cuerpo policial de Barcelona.

RT: ¿Le gustaría hacer algún llamado a las fuerzas del orden, autoridades locales/nacionales o a la sociedad sobre su caso?

Lluís: A las autoridades les diría que algún día me gustaría sentirme protegido por la Policía en la ciudad en la que vivo y no tener miedo, como siempre he tenido y casi todo el mundo tiene, cuando veo un policía o un coche patrulla por la calle. Esa, para mí, debería ser la función de un cuerpo policial.
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