Actualidad
El Tercer Rauch, Obamarama y otras anécdotas de la cumbre del G-20
La cumbre del G-20 en Australia está afectando la vida de la ciudad anfitriona, Brisbane, donde algunos aspectos de la convivencia temporal con las altas medidas de seguridad han adquirido formas muy divertidas.
La Policía australiana ha interrumpido una sesión fotográfica con 'Obama' en un bar de Brisbane. Los gerentes del local querían dar publicidad a una fiesta que organizaban utilizando una silueta de cartón con la imagen del mandatario estadounidense. Además, montaron todo un cortejo presidencial.
El bar iba a celebrar su fiesta, 'Obamarama', el jueves con un menú que incluía un 'Obamaburger' y 'The Big O Piña Colada'.
"Estaban preocupados por si andamos en los automóviles por la ciudad con Obama asomado por la ventana y la atención que esto podría atraer", contó la gerente de eventos Laura Loubet, citada por el portal 'ABC'.
La Policía tomó los datos de las personas implicadas en la sesión y les prohibieron que el convoy anduviera por la ciudad. Pero no se opusieron a la sesión.
Paralelamente a la cumbre del G-20, que ha causado una parada parcial de la actividad de Brisbane por las medidas de seguridad, una cervecería local ha organizado la fiesta de la cerveza 'B-20'.
Este fin de semana se servirán cervezas únicas elaboradas para presentar cada nación del G-20.
Cada variedad ha recibido un nombre característico de un país, algunos de los cuales resultaron ser bastante arriesgados.
La cerveza que representa a Alemania, elaborada con tres tipos de malta ahumada (denominada en alemán 'Rauchbier'), ha sido bautizada 'The Third Rauch' ('el tercer Rauch'), relató Ross Kenrich, el dueño de la cervecería Bacchus Brewery.
Después de fotografiarse en grupo en abril de 2009, la reina británica, irritada por los gritos de "¡Mister Obama!" del primer ministro italiano Silvio Berlusconi, preguntó: "¿Por qué tiene que gritar?".
En junio de 2010 el primer ministro de Canadá, Stephen Harper, responsabilizó a "unos pocos maleantes" del aumento del presupuesto de la cumbre G-8/G-20 de 179 millones de dólares a casi 1.000 millones.
En noviembre de 2011, el presidente francés Nicholas Sarkozy, sin saber que los micrófonos estaban encendidos, se quejó a Barack Obama del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, al que tachó de "mentiroso".
Este octubre de cara a la actual cumbre, el primer ministro australiano Tony Abbott dijo a los periodistas que iba a hacer un "placaje" al presidente de Rusia por el siniestro del avión de Malasia en la región ucraniana de Donetsk en julio.
El bar iba a celebrar su fiesta, 'Obamarama', el jueves con un menú que incluía un 'Obamaburger' y 'The Big O Piña Colada'.
"Estaban preocupados por si andamos en los automóviles por la ciudad con Obama asomado por la ventana y la atención que esto podría atraer", contó la gerente de eventos Laura Loubet, citada por el portal 'ABC'.
La Policía tomó los datos de las personas implicadas en la sesión y les prohibieron que el convoy anduviera por la ciudad. Pero no se opusieron a la sesión.
Festival B-20
Paralelamente a la cumbre del G-20, que ha causado una parada parcial de la actividad de Brisbane por las medidas de seguridad, una cervecería local ha organizado la fiesta de la cerveza 'B-20'.
Este fin de semana se servirán cervezas únicas elaboradas para presentar cada nación del G-20.
Cada variedad ha recibido un nombre característico de un país, algunos de los cuales resultaron ser bastante arriesgados.
La cerveza que representa a Alemania, elaborada con tres tipos de malta ahumada (denominada en alemán 'Rauchbier'), ha sido bautizada 'The Third Rauch' ('el tercer Rauch'), relató Ross Kenrich, el dueño de la cervecería Bacchus Brewery.
Las mayores meteduras de pata en las cumbres del G-20
En octubre de 2008 el periódico 'The Australian' informó de que el entonces presidente estadounidense, George W. Bush, había preguntado al primer ministro australiano, Kevin Rudd, qué era el G-20. Rudd posteriormente negó que tal comentario hubiera tenido lugar.Después de fotografiarse en grupo en abril de 2009, la reina británica, irritada por los gritos de "¡Mister Obama!" del primer ministro italiano Silvio Berlusconi, preguntó: "¿Por qué tiene que gritar?".
En junio de 2010 el primer ministro de Canadá, Stephen Harper, responsabilizó a "unos pocos maleantes" del aumento del presupuesto de la cumbre G-8/G-20 de 179 millones de dólares a casi 1.000 millones.
En noviembre de 2011, el presidente francés Nicholas Sarkozy, sin saber que los micrófonos estaban encendidos, se quejó a Barack Obama del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, al que tachó de "mentiroso".
Este octubre de cara a la actual cumbre, el primer ministro australiano Tony Abbott dijo a los periodistas que iba a hacer un "placaje" al presidente de Rusia por el siniestro del avión de Malasia en la región ucraniana de Donetsk en julio.
comentarios