Ecuador abre el grifo del petróleo
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha firmado dos contratos con sendas compañías multinacionales para aumentar su producción petrolífera. Los expertos opinan que la firma de estos acuerdos tendrá un impacto positivo en la economía del país, que podría empezar a posicionarse como un importante exportador de crudo en la arena mundial.
Los contratos, que abarcan un plazo de 15 años, fueron suscritos con la franco-estadounidense Schlumberger, que invertirá 1.294 millones de dólares, y la argentina Tecpetrol, que destinará 384,5 millones.
"Es la mayor inversión comprometida en la historia petrolera del país, nunca antes hemos hecho un contrato de esa envergadura", declaró a su vez el ministro de Recursos Naturales No Renovables, Wilson Pástor.
El proyecto busca incrementar la producción en los campos amazónicos Shushufindi y Libertador, llamados maduros por sus cuatro décadas de explotación y que están considerados como las "joyas de la corona" de la industria petrolera ecuatoriana.
Un paso tardío pero 'dorado'
El subdirector de análisis del grupo financiero Monex, Eduardo Ávila, comenta a RT que con estos nuevos acuerdos aumentará la capacidad de inversión de Ecuador, el país de la OPEP que menos exporta.
"Estas inversiones que tardan tiempo en madurar pueden tener muy buen resultado y posicionar [a Ecuador] como uno de los jugadores que pueden ir adquiriendo mayor peso", destaca el experto.
Según él, la firma llega en un buen momento porque las perspectivas para el mercado petrolero permiten pensar en una reactivación de la demanda.
Un acuerdo 'por la patria'
Correa asegura que las compañías extranjeras recibirán beneficios sólo si la producción petrolífera aumenta, ya que si la cantidad de barriles producidos disminuye o se mantiene, las empresas no recibirán nada.
A este respecto, Ávila explicó que el acuerdo con las empresas implica solamente la prestación de servicios de extracción, por lo que el gobierno les pagará una tarifa fija en virtud de lo que estipula la ley ecuatoriana, según la cual el petróleo que se extrae de los yacimientos en el país pertenece exclusivamente al estado.
No obstante, el experto no descarta la posibilidad de que, caso de darse una explotación demasiado positiva, puedan generarse conflictos de intereses y violaciones de los contratos por parte estadounidense.